(Mi canto propio de cumpleaños)
Raúl Adalid Sainz
Linda por Dios que linda.
Te camino en el tumbao de tus callejas.
Me sonrío en tus palmas mecidas por los vientos.
Tu «Copelia» en plaza de Fresa y Chocolate.
Tu «Morro» aguardante de corsarios.
Tu «Floridita» en daiquiri con Hemingway al lado de tu barra.
Ese bohemio lobby de tu «Hotel Dos Mundos».
Tu largo sofá de malecón al altanero o quieto mar.
«Tu catedral sumergida en un baño de tejas», así como te vio el buen Silvio Rodríguez.
Esa mi «Bodeguita del Medio» oyendo «Hasta Siempre Comandante», de ese mi buen Carlitos Puebla.
Tu Habana vieja es un canto de Buena Vista Social Club.
Tu Teatro Principal un canto de Federico García Lorca en loco sol de son por regresar a Cuba.
Tus calles, tu gente, tus niños que juegan cual gatos callejeros.
Tu caña hecha ron que se amedrenta juguetón con el ébano de tu café.
Sos Habana como una hembra briosa, alegre, coqueta y bailarina.
Tienes la negra y blanca raza como origen.
Una raza gallarda en canto de sublime resistencia.
Hoy imagino caminar por tu calle Mella, por la majestuosa Avenida de Los Presidentes, llegar al «Hotel Habana Libre» y tomar un ron con coca refrescante.
Déjame dormir soñándote, déjame decir que eres un ensueño, una canción nocturna y taciturna del «Bola», un bolero en el «Saint Jones» de José Antonio Méndez, un bello sonar de melodía de un César Portillo de la Luz.
Te quiero Habana linda, te quiero, así como ese rumor de tu mar rugiendo en toda su potencia por tu soleado malecón de algarabía.
Desde México vivo la nostalgia de tus días, tu vivo encanto enamorado. Tu son inquieto de mulata y blanca habanera por tus calles salerosas.
Raúl Adalid Sainz, en algún lugar de México Tenochtitlan