Raúl Adalid Sainz
Qué extraordinaria película de producción nacional y dirección de un mexicano (Alonso Ruiz Palacios) vi ayer.
Ambientada en una cocina de un restaurant para turistas y norteamericanos, en el corazón de Manhattan, en pleno «Times Square».
El dolor, la deshumanización, los sueños rotos, el convivio entre razas diversas, la indocumentación, en medio de un país que explota al máximo al inmigrante en aras de la productividad. Todo lo anterior expuesto, dentro de un microcosmos (una cocina) que señala el mundo acelerado y materialista. La individualidad, los sueños puros y fragmentados, la ambición de ser alguien feliz y pleno, quedan rotos cuando se carece de dinero, de educación, de falta de oportunidades, de una posición de ser alguien total en un mundo deshumanizado, injusto. Los vicios humanos en medio de un país que marca las diferencias. El capitalismo aplastante. Una inmensa cocina, es el centro expositorio de lo anterior señalado. Ahí está el mérito narrativo extraordinario de esta película.
Alonso Ruiz Palacios, organiza perfectamente su material como director. Hace una espléndida adaptación de la obra teatral «La Cocina», del gran dramaturgo inglés Arnold Wesker. La coreografía, el tempo en ritmos diversos, que señalan el corazón de lo narrado, es notorio.
Cuenta perfectamente el sentir de los personajes en imágenes. Cada cuadro, en blanco y negro, es un pedazo de vida de los sueños rotos y la imposibilidad que viven los trabajadores de ese restaurante newyorkino. La Babel de Hierro se simboliza con la vida de estos inmigrantes que anhelaron el sueño americano.
Gran trabajo de dirección actoral. Logrando una unidad de medida en el ritmo, tempo, clima, y tonalidad actoral. Es notable el trabajo de cada uno de ellos. La experiencia teatral de Ruiz Palacios, y las enseñanzas de su maestro Ludwik Margules son notorias. Amén de las experiencias propias logradas por el propio director. Tres de sus películas anteriores («Güeros», «Museo», «Una Película de Policías», así como el cortometraje «Verde») me han revelado mundos que le preocupan y los ha expuesto con profundidad, riesgo, y aventura con rigor en su narrativa cinematográfica.
El trabajo actoral de Raúl Briones es muy digno de destacar. Compromiso profundo, verosimilitud, talento para exponer el alma de dolor, y de sueños rotos de su personaje. Hace algunos años compartí con el tocayo Raúl, una obra de teatro como actores, «El Corazón de la Materia», dirigidos por Luis De Tavira, y me llamaba la atención el enorme compromiso de trabajo de Raúl. Qué bueno que su carrera actoral se magnífica cada vez más.
Vale mucho la pena ver esta extraordinaria película. Ha ganado premios y reconocimientos auténticos de juicio, en diversos festivales prestigiados, esta notable cinta mexicana. Es una producción de «Panorama», Films. La puedes ver por Prime Video. Vale la pena celebrar lo que es en verdad celebrable.
Raúl Adalid Sainz, en algún lugar de México Tenochtitlan