Raúl Adalid Sainz
La afición de Torreón, salvo excepciones, es muy villamelona y muy poco reflexiva, todavía hace un año Santos Laguna jugaba una final. Con Irarragorri se han ganado cuatro campeonatos, un torneo de copa, un campeón de campeones, cuatro subcampeonatos, lideratos generales, múltiples liguillas.
Se consiguió la salvación del equipo de ir al descenso en el año 2007. La gestión para la consecución de un nuevo estadio. Una infraestructura de primer orden, fuerzas básicas con jugadores que han destacado, que han sido activo para mantener al club, deportiva y económicamente.
¿Cómo se mantendría una organización tan costosa? Sólo vendiendo jugadores. ¿O los sueldos salen del aire? ¿O de los pocos abonos que vende el club? Nadie en sano juicio entiende a una afición tan irreflexiva.
Mis respetos al buen y fiel aficionado lagunero, ese que sabe reconocer lo reconocible. Se han tenido errores, claro está, nada ni nadie es perfecto. Pero en un balance general inteligente, la labor de Alejandro Irarragorri en Santos Laguna, es más que satisfactoria.
Una afición resultadista, que no ve más allá de campeonatos, que no valora los logros en fuerzas inferiores. Sin reflexionar que el club busca colocar a sus valores juveniles en el primer equipo. Un modelo de trabajo como el de Pumas en los años ochenta y comienzos de los noventa.
Cuánto daño hizo tanto logrado a una afición que perdió el real amor a sus colores. Se volvió un hincha mudo, de poco apoyo en el estadio, colérico, irreflexivo y que está con el equipo si es campeón. Repito, salvó excepciones y muchas, que son muy respetables como aficionados.
Raúl Adalid Sainz, en algún lugar de México Tenochtitlan