sábado 4, mayo, 2024

KALIMAN EL HOMBRE INCREÍBLE

 

(Serenidad y paciencia Solín, mucha paciencia)

 

Raúl Adalid Sainz

Hace algunos años, por allá de los albores setenteros era niño. Oía a la una de la tarde, de lunes a viernes, una radionovela maravillosa por «Radio Ranchito» en mi lejana Torreón. Su nombre: «Kaliman: El Hombre Increíble».

 

Qué maravilla de serie. Con aventuras en el Medio Oriente, en Arabia, Egipto, Siria, Jordania, en Turquía. El hombre increíble se enfrentaba a los más despiadados villanos.

Tres voces actorales recuerdo: al actor de cine Luis Manuel Pelayo haciendo el papel del propio «Kaliman». Un personaje lleno de matices, misterio, audacia, inteligencia, sabiduria, fuerza. Pelayo le imprimía un acento mágico, como de un hombre misterioso del Oriente Medio, ambiguo, lejano a la realidad, de otro tiempo y lugar. Lo interpretaba soberbio. 

«Solín», el adolescente compañero de Kaliman, interpretado por el actor Luis de Alba, maravilloso, dinámico, ingenuo e inteligente. Después Luis de Alba sería un cómico famosísimo televisivo. 

Y un narrador inolvidable, era presentado como el galán Isidro Olasa. Él le imprimía el ritmo y misterio a la radionovela. Un locutor grave, lleno de tiempos, colores en la voz, tonos, muy emotivo. Nunca olvidaré una de sus narraciones: «Los azules ojos de Kaliman se posaban sobre aquellas bestias sedientas de sangre del Doctor Jordan». Soberano locutor. 

Al oír aquellas historias yo imaginaba mundos distintos, llenos de aventura y fantasía. Recuerdo a mi mamá enojada llamándome: «Ya vente a comer, ya deja ese radio, a poco esas porquerías te van a dar de comer, te pones loco con eso». 

Caray, si supiera mi querida madre que vivo de la fantasía. Es que Kaliman fue un ícono para una generación. La historia fue llevada al cine con no muy buenos resultados. La imaginación abierta que provocaba el serial radiofónico nunca fue alcanzada por el cine. 

Como olvidar la presentación de aquel personaje misterioso, vestido con traje blanco ceñido al cuerpo, un turbante níveo con una perla en el centro: «Galante con las mujeres, tierno con los niños, implacable con los malvados, así es KAAA…LI…MAAAN, EL HOMBRE INCREÍBLE. 

 

PD: Kaliman fue llevada al cine. Una gran producción mexicana en 1972 filmada en Egipto. La dirección fue de Alberto Mariscal. «El Hombre Increíble», fue interpretado por un actor canadiense llamado Jeff Cooper. El comparativo real con el imaginario del radio pesó bastante. Los fans de Kaliman preferíamos la fantasía hechizante provocada por la radio. Quien haya escuchado » Kaliman», sabrá de lo que hablo. «El Hombre Increíble», era una cita con la leyenda, con el destino, con el sublime regalo de la imaginación. 

 

Raúl Adalid Sainz, en algún lugar de México-Tenochtitlan

 

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