domingo 24, noviembre, 2024

Julio Alemán, nacido en Morelia, llegó a los dos meses de vida a radicar en Torreón

(Laguneros que hicieron nuestra historia teatral y cinematográfica)

Raúl Adalid Sainz

Don Julio Alemán siempre profesó su amor a La Laguna. Se casó con una lagunera, la señora Esperanza de la Paz Gotés, tía de mi buena amiga la escultora Linda Gotés. Julio Alemán trabajó en Torreón como clasificador de algodón. Muy joven emigró a la Ciudad de México, debutando en el cine en la película «El Zarco», año 1959, dirección de Manuel Delgado, al lado de Pedro Armendáriz.

En 1961 llega a Julio Alemán su gran película, «Los Hermanos del Hierro», un western fabuloso, con guion de Ricardo Garibay y dirección espléndida de Ismael Rodríguez. Julio Alemán se inmortalizaría haciendo a «Martín del Hierro». El personaje lo bordó. Un norteño sin tiempo ni lugar. Un recuerdo constante y grave a una melodía que era la que cantaban su hermano «Reinaldo», y él, cuando eran niños con su padre.

Un día, al irla cantando por los caminos despoblados los tres, los dos hermanos ven como asesinan a su padre en medio de la nada. Los caballos relinchan enloquecidos. Este hecho deja marcado al niño Martín. La venganza, el rencor, el dolor, serán su sino. Julio Alemán vivió el personaje y le agregó al mismo su gran carisma, luz que le dio a la personificación el carácter de entrañable.

Su otra mitificación cinematográfica la alcanzó en 1970, con su icónico «Tunco Maclovio», bajo la dirección de Alberto Mariscal. Alemán calcó en pantalla con fino pincel el misterio del vaquero solitario y lleno de dolor; es uno de los mejores retratos de los héroes en el western mexicano.

Aún me parece verlo por esos parajes duranguenses al compás de la canción tema de la película: «El Tunco Maclovio, se ha vuelto una leyenda, que nadie quiere contar». Extraordinario en sus escenas con Juliancito Bravo (el niño que se hace su amigo).

Allá por el año 1981, le vi en el «Teatro Jiménez Rueda», un muy buen trabajo teatral producido por la «Compañía Nacional de Teatro»: «Las Columnas de la Sociedad», de Ibsen. Don Julio estaba muy bien en su trabajo interpretativo teatral. Un actor con gran potencial que decidió hacer mucha televisión, alcanzando gran popularidad.

El señor era galán y las señoras mucho lo recuerdan por dos de sus películas: su «Juan del Diablo» en «Corazón Salvaje» y su romántico «Alberto Limonta» de «El Derecho de Nacer», ambas dirigidas por Tito Davison.

Hace algunos años conocí en Torreón, a su señora esposa, la guapa señora «Moru», tía de mis amigos «Simio Gotés», el talentoso pintor lagunero, y de Linda Gotés; me hablaba de su esposo Julio Alemán, recuerdo que entusiasmada me dijo de él: «Julio es un Quijote».

El actor aún vivía. Qué bonita noche aquella en que hablamos de ese histrión lagunero que está vivo siempre en las pantallas de nuestro cine mexicano, o en la memoria de aquellos que lo vieron en las comedias musicales donde Julio Alemán sacaba sus dotes de cantante y de bailarín. La primera foto corresponde a «El Tunco Maclovio» y la segunda a «Los Hermanos del Hierro».

Raúl Adalid Sainz, en algún lugar de México Tenochtitlan

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