lunes 20, mayo, 2024

IN PRINCIPIO ERAT VERBUM

El reto de eliminar la pobreza

Simón Vargas Aguilar

«Si una sociedad libre no puede ayudar a sus muchos pobres, tampoco podrá salvar a sus pocos ricos», John F. Kennedy

Muchos son los problemas que preocupan a la sociedad: seguridad alimentaria, la escases de acceso a la salud de calidad o a una buena educación, reducir las desigualdades entre hombres y mujeres, el saneamiento de aguas, el cambio climático o la producción de energías limpias, sin embargo, poner fin a la pobreza en todas sus formas se ha convertido en el principal Objetivo de Desarrollo Sostenible desde el 2015.

En nuestro país como en muchos es palpable la necesidad de cambios significativos que puedan si bien, no terminar con el problema de la pobreza, sí desacelerar su avance o minimizar de formas concretas la manera en la que daña a las diversas comunidades, sobre todo a niñas, niños, adolescentes e incluso a personas de la tercera edad.

De acuerdo al glosario del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL) existe la pobreza, la pobreza extrema, la moderada, la multidimensional y aquella por ingresos, todas identificadas por una o más carencias sociales, dicha institución menciona que hasta 2020, el 43.9% de la población se encuentra en pobreza, el 8.5% en pobreza extrema, el 23.7% se cataloga como vulnerable por carencias sociales, el 8.9% vulnerable por ingresos y solo el 23.5% es no pobre y no vulnerable.

Es innegable que el revés que nos dio la pandemia ha impactado con mucha más fuerza en los sectores vulnerables, en datos presentados el pasado noviembre en el informe Panorama Social de América Latina y el Caribe 2022 por la CEPAL, proyecta que 201 millones de personas (32,1% de la población total de la región) viven en situación de pobreza; de esos 201 millones de personas, 82 millones viven en pobreza extrema. Estas cifras implican que 15 millones de personas adicionales estarán en la pobreza con respecto a la situación previa a la pandemia.

El organismo mencionado, refiere que derivado de la guerra entre Rusia y Ucrania, la carencia de alimentos y la inflación, entre otros múltiples factores, este 2022 México se ubica como el quinto país más pobre de la región, lo que implica que se podrían sumar 2.5 millones de personas a esta condición.

Por otro lado, es necesario admitir que pese a los esfuerzos la eliminación de la pobreza se ha visto severamente amenazada por la creciente ola de descontento social; nos enfrentamos a uno de los periodos más complejos, las tensiones comerciales, la falta de confianza en las instituciones y los cambios en el esquema político mundial han generado una nueva contradicción: las clases medias se están reduciendo y la distribución de ingresos es desigual.

Desafortunadamente, México es un país de baja movilidad social, el Centro de Estudios Espinosa Yglesias menciona que 74 de cada 100 personas que nacen en los hogares más pobres, no logran superar la condición de pobreza en su vida adulta, de forma sorpresiva, entre las 10 barreras identificadas se encuentran: 1) Ser mujer, 2) tener piel de tono oscura, 3) nacer y crecer en la región sur del país, 4) tener padres con bajo nivel educativo y 5) haber trabajado durante la infancia.

El tema presenta muchos claroscuros, y no vamos a negar que quizá los pocos pasos importantes se vieron severamente frenados por la pandemia; sin embargo, estoy convencido que uno de los rubros que puede brindarnos mayor orientación para eliminar la pobreza es la educación, por lo que es necesario invertir decididamente en nuevos modelos de aprendizaje y convertir así la crisis en una oportunidad para transformar los sistemas educativos.

Simón Vargas Aguilar es analista en temas de seguridad, justicia, política, religión y educación.

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