¿Qué deberíamos replantearnos en el 2023?
“Lo preocupante no es la perversidad de los malvados sino la indiferencia de los buenos”. Martin Luther King
Simón Vargas Aguilar
Es cierto que las situaciones económicas, políticas, sociales y religiosas se han vuelto más complejas, pero también es indiscutible que las acciones de bondad, solidaridad y comprensión cada vez tienen una influencia mucho más poderosa en la humanidad.
Este año, lamentablemente, continuamos sin aprender de algunos errores y la tan anhelada paz vuelve a escaparse de nuestras manos, y es que la vil invasión de Rusia a Ucrania cumplió el 24 de febrero un año, está guerra ha implicado que la competencia estratégica entre Estados Unidos y China se intensifique y ha impactado en los mercados de recursos globales, pero lo más preocupante, son los millones de desplazados y refugiados, así como la crisis de derechos humanos que se enfrenta.
Por otro lado, las imágenes virales del 6 de octubre cuando el grupo radical Hamás tomó decenas de rehenes de distintas nacionalidades los cuales asistían a un concierto en Israel, nos recordaron nuevamente, la crueldad, el odio y el salvajismo que aún perdura en muchas regiones del mundo. La infame vulneración a la seguridad de Israel implicó un ataque masivo planeado y coordinado con al menos 2 mil 500 cohetes e incursiones y un fuego cruzado que ha dejado miles de muertos y una debacle humanitaria que no se había visto en décadas.
Políticamente los giros han sido significativos, pero no podemos pasar desapercibida la última elección realizada en Argentina donde el ultraderechista Javier Milei ganó con una amplia ventaja de 12 puntos, así como el regreso de Lula Da Silva al poder en Brasil después de dos mandatos en 2008 y 2011 y posterior a haber sido prisionero.
Climáticamente hablando este año los terremotos en Turquía, Siria y Marruecos y las desgarradoras historias tras estos desastres nos recordaron que de no tomar acciones sustanciales las catástrofes serán cada vez más fuertes, pero sobre todo intempestivas, lo que incluso vivimos en Acapulco después del rápido paso de tormenta tropical a Huracán categoría 5 de Otis, el cual dejó innumerables muertos y desaparecidos.
Pero, no todo es malo, el Papa Francisco ha dado pasos decisivos para acercarnos a la genuina Sinodalidad, claro que no a todos gusta, los católicos tradicionales han buscado la crítica, la condena y la censura como aliados para obstaculizar la verdadera esencia de las enseñanzas de Jesús de Nazaret: el amor al prójimo, la cercanía con el necesitado y marginado, el crecimiento espiritual y la escucha con el corazón abierto; sin embargo, estoy convencido que al final aunque los cambios pudieran ser considerados abruptos son necesarios ante una sociedad que requiere transformaciones radicales, por lo que la guía de Su Santidad será la que nos conduzca.
Es casi inevitable que al finalizar el año hagamos un recuento de las experiencias, innegablemente la nostalgia se hace presente con mucha más fuerza e incluso en ocasiones al recordar algunas situaciones prometemos firmemente mejorar actitudes o decisiones, sin embargo, la vida es mucho más compleja y con frecuencia va más allá de los juramentos realizados y los olvidados: se trata de que debemos amar profundamente.
Es necesario que nos replanteemos la manera en la que vemos la vida, que observemos nuestra realidad con autenticidad y sin enfrascarnos en prejuicios, pero sobre todo que desde el ámbito personal actuemos con mucho más amor al prójimo, convencidos de que si no levantamos la voz ante aquello que no consideramos justo, de alguna manera también somos parte de la injusticia.
- Consultor en temas de seguridad, justicia, política, religión y educación.
