7 de septiembre, día internacional de la cooperación policial
“Vivir para los demás no es solamente una ley de deber, sino también una ley de felicidad”. Isidore Marie Auguste François Xavier Comte
Simón Vargas Aguilar
Este será el primer año que se conmemore la fecha y como tema inicial se propuso resaltar la importancia de la participación de las mujeres en estas instituciones y es que el número de participantes va en aumento; la ONU menciona que, según datos recientes, a nivel mundial, su representación promedio en los servicios policiales nacionales es de alrededor del 18.2%, lo que supone un incremento del dos por ciento en los últimos cinco años.
La conmemoración de este día es significativa porque no solo se trata de reconocer la importancia de la cooperación policial tanto hacia el interior de las naciones como hacia el exterior, sino también buscar mecanismos que impulsen la disminución de tiempos en trámites administrativos, a continuar mejorando los procesos legales, a elevar las operaciones mancomunadas y a mejorar la confianza y la fiabilidad de las instituciones, entre otros temas.
Es difícil reconocerlo, pero nuestro país tiene mucha labor pendiente; en 2016 el Departamento de Policía de Sharjah, uno de los siete territorios políticos que integran los Emiratos Árabes, y la Asociación Internacional de la Policía Científica (IPSA), y el Instituto para la Economía y la Paz (IEP), llevaron a cabo la primera edición del Índice Mundial de Seguridad Interior y Policial (WISPI)en el cual se evaluaron los campos: capacidad, proceso, legitimidad y resultados ydonde México se posicionó en el lugar 118 de 127 naciones evaluadas y entre las peores cinco en cuanto al tema de legitimidad.
Es indiscutible que el trabajo policial es trascendental, son ellos a quienes recurrimos ante emergencias y quienes deberían representar un símbolo de seguridad, sin embargo, la distancia entre las instituciones policiales y la sociedad es cada vez mayor, desafortunadamente pareciera que ahora son a ellos a los que tememos y su presencia en muchas ocasiones se asocia más a un sentimiento de preocupación que de tranquilidad.
Muchos son los elementos que se han conectado para que no solo en nuestro país sino en gran parte de Latinoamérica las instituciones policiales hayan comenzado a ser notadas más por los actos negativos que por aquellos donde el heroísmo, la empatía y el compromiso por la sociedad, no solo son patentes sino además reconocidos.
Es cierto que queda trabajo por realizar y considero que una de las propuestas que podrían traducirse en cambios positivos radica en pasar de la reacción a la prevención, probablemente, suene sencillo pero esta transición significa muchas inversiones y vertientes a ser analizadas; porque hoy la capacitación no solo es importante es decisiva.
Esta no es la primera vez que abordó el tema, en ediciones pasadas he hecho hincapié en lo trascendental de la formación en nuevos procedimientos y políticas, pero sobre todo es necesario entender que la instrucción profesional y la dignificación llevan a cambios de actitudes, implementación de técnicas institucionales, conocimiento de códigos disciplinarios y a un diseño jerárquico basado en las destrezas, la especialización y el apego a la ética.
Como sociedad deseamos tener una policía fortalecida, eficaz y confiable, además nuestros policías merecen tener el respeto, el apoyo y el reconocimiento de la comunidad; es así que hoy es necesario que las instituciones diseñen políticas públicas que acompañen estos procesos.Consultor en temas de seguridad, justicia, política, religión y educación.