Ayudar a los estudiantes a denunciar amenazas
“Ante las atrocidades tenemos que tomar partido. El silencio estimula al verdugo”. Elie Wiesel
Simón Vargas Aguilar
Desde hace varios años las noticias sobre tiroteos en escuelas de Estados Unidos son una noticia constante, sin embargo, las cifras reportadas hasta finales de marzo de este 2023 son alarmantes, ¿por qué mencionar a esta importante potencia en el tema? Porque, desafortunadamente, cuando de masacres masivas se trata este país es el que más incidentes ha registrado.
Hay diversos cuestionamientos que nos acechan, ¿qué acciones tomar para disminuirlos o evitarlos?, ¿existen focos de alarma que no vemos o que nos negamos a ver?, entre otras. De acuerdo con información presentada en 2021 por el Servicio Secreto de EE. UU. publicó en una revisión de 67 intentos de tiroteos escolares evitados, se encontró que en el 94% de los casos, los posibles agresores dieron a conocer sus intenciones, a menudo a través de comentarios a sus amigos o publicaciones en las redes sociales, sin embargo, lo más inquietante radica en que en más de dos quintas partes de los casos, las personas que sabían de la amenaza no la informaron, incluso cuando era una advertencia directa de lo que estaba por venir.
El tema ha cobrado una relevancia significativa, es por ello que el informe “Apoyo a la denuncia de amenazas para fortalecer la seguridad escolar” desarrollado por el Centro de Análisis Operacional de Seguridad Nacional, operado por RAND, en conjunto con la Agencia de Seguridad de Infraestructura y Ciberseguridad, arrojó los siguientes resultados clave con el firme objetivo de promover la denuncia de amenazas: 1) trabajar en relaciones sanas y sólidas entre estudiantes y el personal de la escuela; 2) adaptarse y conocer las formas comunes en que se comunican los estudiantes; 3) evitar el ostracismo a través de la denuncia anónima; 4) reducir las barreras para denunciar, lo cual se puede llevar a cabo a través de chats o líneas de ayuda con personal capacitado y 5) ser claro con informes y publicaciones.
La vida escolar suele ser un entorno complicado, y aunque muchos lo hemos atravesado parece que con el paso de los años olvidamos lo arduo que significa esta etapa. Todavía muchos estudiantes tienen que enfrentarse a la difícil decisión de denunciar y perder así la confianza de su círculo de amigos, ser excluido e incluso sufrir agresiones por expresar miedos hacia posibles ataques; y es que no podemos negar que el denominado «código de silencio» es una barrera sustancial que evita la denuncia.
Claro que también es necesario ahondar en las posibles causas, las cuales como en toda acción violenta tienen diversas vertientes, de acuerdo con datos de Amnistía Internacional, dentro de los principales motivos se encuentran: la facilidad para comprar, la masculinidad, la misoginia, la falta de atención a la salud mental, la cultura de la violencia reinante y por supuesto, el acoso escolar sufrido.
Quizá consideramos que la solución podría ser sencilla, y que probablemente bastaría con poner atención a la conducta de los estudiantes, sin embargo, sobre todo en la etapa adolescente los cambios son radicales y difíciles de identificar, a lo que hay que aunar que en muchas de las ocasiones consideran que las amenazas son una broma o bien optan por no decir nada para no meter a sus amigos en problemas.
Hay que reconocer que este año los números son inquietantes, por lo que impulsar a los estudiantes a hablar puede traducirse en la diferencia entre la vida y la muerte. También es necesario incrementar la comunicación de padres a hijos, pero ese será motivo de otro artículo.
- Analista en temas de Seguridad, Justicia, Política y Educación.