domingo 24, noviembre, 2024

IN PRINCIPIO ERAT VERBUM

¿De qué forma se debe abordar la educación cívica?

Simón Vargas Aguilar

“Los valores no son simplemente palabras, los valores son por lo que vivimos. Son las causas por las que defendemos y por lo que lucha la gente”. John Kerry

Es probable que muchos recordemos a la educación cívica y ética como una de las materias más significativas, sin embargo, con el cambio de diversas asignaturas y la orientación hacia conocimientos prácticos ésta comenzó a ser relegada.

Vivimos en una era de transformaciones, en una época donde la educación juega un papel vital para mejorar no solo la calidad de vida sino también para disminuir la violencia; y es que ante el incremento de la inseguridad y el aumento de manifestaciones violentas es necesario que se renueve la atención sobre la importancia de la educación cívica, pero, sobre todo el papel que desempeñan las escuelas en la formación de los jóvenes para participar en la vida cívica.

De acuerdo a la investigación “¿Cómo abordan los maestros de escuelas públicas de EE. UU. la educación cívica y ciudadana?” emitida por el laboratorio de ideas RAND Corporation los docentes de niveles primaria y secundaria reconocen el desarrollo del pensamiento crítico de los estudiantes y sus habilidades en la resolución de conflictos como los objetivos más importantes de la educación cívica y ciudadana, además de promover el conocimiento de las instituciones sociales, políticas y cívicas e impulsar la capacidad de defender el punto de vista propio.

Es innegable que ante un mundo con mucha más movilidad y velocidad ya no solo debe haber preocupación se tienen que comenzar a tomar acciones certeras, e incluso hacerse planteamientos: ¿Cuáles han sido las razones para volvernos tan indiferentes ante los problemas ajenos?, ¿por qué hemos abandonado la enseñanza de los valores y principios? ¿de qué forma retomar el camino de la educación cívica y ética?

Es cierto que las respuestas a las preguntas planteadas son multifactoriales, sin embargo, el abandono y la alteración en los valores, principios así como normas éticas y morales, han hecho que palabras como responsabilidad, solidaridad, bondad e incluso paciencia dejen de ser convicciones profundas para convertirse en expresiones usadas casi a diario en medios de comunicación o en conversaciones cotidianas para transformarse en términos vacíos.

Esta reciente insensibilidad social ha llevado consigo un gran nivel de individualismo y a hacer habituales algunas situaciones de violencia y problemas de crimen; es por ello que es necesario reconocer que además de enfrentarnos a una ausencia cada vez más evidente de valores y principios, también existe una alteración de los mismos.

Una de las posibles vías para retomar el trabajo en valores se sugiere en la investigación donde se afirma que “las escuelas primarias, y los maestros en ellas, podría tener mejores resultados estableciendo conexiones con temas de educación cívica y ciudadana durante la instrucción en otras materias”, lo cual podría ayudar a poner en contexto a los alumnos en diferentes situaciones y conflictos inherentes a la vida cotidiana.

Hay que admitir que con el paso de los años se les ha restado prioridad a los valores, pero ante una era cada vez más agresiva es de vital importancia que estos sean retomados como un compromiso significativo para políticos, líderes y sociedad lo que nos ayudaría a reestructurar sistemas de creencias, anular los prejuicios y enfocar esfuerzos en los programas educativos y culturales, los cuales deben ir encaminados a combatir los altos índices de violencia, así como como a disminuir el rencor y el odio con la finalidad de alcanzar la paz.

Simón Vargas Aguilar es analista en temas de seguridad, justicia, política, religión y educación.

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