jueves 28, agosto, 2025

IN PRINCIPIO ERAT VERBUM

Culpabilidad del Mayo: ¿Redención o estrategia?

«Para qué sirve el arrepentimiento, si eso no borra nada de lo que ha pasado. El mejor arrepentimiento es sencillamente cambiar”.

José Saramago

Simón Vargas Aguilar

La declaración de culpabilidad del legendario cofundador del Cártel de Sinaloa, Ismael «El Mayo» Zambada, supone un giro, si bien no inesperado, ya que la “aceptación” de sus cargos era una situación que se preveía; sí complejo que podría colocar en una situación difícil a policías, militares y políticos además de empresarios en nuestro país.

El pasado 25 de agosto, reconoció su responsabilidad en varios cargos graves como conspiración de crimen organizado, admitió haber ordenado asesinatos, sobornado funcionarios y coordinado envíos masivos de narcóticos.

De acuerdo con diversos medios que tuvieron acceso a la corte sin cámaras ni grabadoras, más que con lápiz y papel; cuando se le cedió la palabra al reconocido criminal mencionó: “Desde el principio y hasta el momento de mi captura he pagado sobornos a policías, militares y políticos en México”; esta declaración genera ondas expansivas en nuestro país, donde el narcotráfico continúa siendo una actividad que envenena, corrompe y mata.

Todo parece indicar que 14 meses después de su captura Ismael “El Mayo” Zambada llegó a un acuerdo con los fiscales estadounidenses, quienes retiraron la pena de muerte a cambio de su cooperación potencial; además deberá pagar una multa de alrededor 15 mil millones de dólares.

Para México, las implicaciones son profundas y multifacéticas. Además de que podría intensificarse, aún más la violencia interna en el Cártel de Sinaloa, también se debe contemplar que su ausencia generará disputas por el control de rutas y plazas, afectando a comunidades enteras que ya viven bajo el yugo de la extorsión y el terror.

Por otro lado, no se puede perder de vista que las declaraciones de Zambada García abren la puerta a posibles revelaciones explosivas sobre corrupción de policías, militares y políticos además de empresarios, quienes le brindaron protección por más de 50 años

Si coopera plenamente con el Departamento de Justicia de EE. UU y todas las agencias participantes en la guerra contra los cárteles, como se especula, podría exponer redes de complicidad que han permeado instituciones mexicanas por décadas. Esta crisis para el gobierno de la Presidenta Claudia Sheinbaum podría ser su oportunidad para que cumpla su compromiso de combatir la impunidad.

¿Implica esto redención o arrepentimiento por parte de Zambada? Difícilmente. Su aceptación de culpa parece más una jugada estudiada que no un acto de contrición; y es que frente a la posibilidad de la muerte todos haríamos lo posible por evitarla, aunque siendo realistas a sus 75 años, la cadena perpetua es equivalente a morir en prisión.

En la audiencia, admitió sus crímenes con frialdad, sin expresiones de remordimiento público; criminales como él suelen cooperar por beneficios como una reducción de sentencia para familiares o protección, no por un cambio moral. Conviene resaltar que “El Mayo” a diferencia de Ovidio Guzmán López, hasta el momento, no ha solicitado consideraciones para sus seres queridos.

Aunque en ocasiones nos gustaría creer que hay un cambio de pensamiento y una verdadera búsqueda de la redención no podemos olvidar que “El Mayo” Zambada construyó un imperio sobre sangre y traición; su legado incluye miles de muertos en México y EE.UU. Una verdadera redención requeriría acciones como devolver fortunas robadas a víctimas o exponer todo sin reservas, pero su acuerdo sugiere selectividad. Es más bien un cálculo de supervivencia: en el mundo del narco, la lealtad es transaccional.

No esperemos arrepentimiento de un hombre que vivió por y para el poder y la ambición; ni que sus palabras sirvan para sanar una nación herida. La verdadera redención vendrá de reformas internas, de un cambio de paradigma y sobre todo de acciones certeras por parte de las instituciones de seguridad, no de un capo en prisión. Esta lección debe servirnos a todos.

  • Consultor en temas de Seguridad, Inteligencia, Educación, Religión, Justicia, y Política.

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