Aprendamos a reaccionar ante los cambios
“La preocupación por el hombre y su seguridad siempre debe ser el interés principal de todos los esfuerzos”.
Albert Einstein
Simón Vargas Aguilar
El pasado martes 27 de mayo durante su sección en el canal de Radio Fórmula, el Presidente de la Junta de Gobierno de la Universidad Panamericana y el IPADE, el Dr. José Antonio Lozano Díez mencionó algo que, aunque pareciera obvio hemos pasado por alto y que me ha impulsado a reflexionar sobre diferentes áreas de nuestra cotidianidad: “No siempre podemos controlar lo que sucede a nuestro alrededor, pero sí podemos controlar cómo reaccionamos ante ello”.
La frase anterior podría aplicarse a diferentes circunstancias, sin embargo, hoy quisiera relacionarlo con el cambio climático, el cual ha sido uno de los temas que más me ha preocupado recientemente: ¿Si no podemos saber con certeza qué es lo que sucederá en el medio ambiente, de qué forma podemos ayudarnos a enfrentarlo?
Es cierto que la ciencia y la tecnología se han convertido en poderosas herramientas para el procesamiento de datos, sin embargo, a pesar de su rápido avance aún es casi imposible prever con exactitud cuándo y dónde sucederán los fenómenos naturales, pero sobre todo la fuerza de su impacto.
De los errores deberíamos aprender por lo que la prevención juega un papel decisivo; y es que, aunque pareciera que es un tema que compete sólo a las instancias especializadas en realidad es un trabajo de todos e incluso ha comenzado a ser un tema decisivo en los diferentes niveles educativos.
La preocupación sobre las repercusiones de los fenómenos naturales ha hecho que el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) lleve a cabo una labor de cartografía de la vulnerabilidad, trabaje en sistemas de alerta temprana multirriesgo, en estrategias de gestión de riesgos integrales y en las necesidades que surgen después de los desastres; pero además han elaborado material complementario como propuestas de actividades escolares, talleres y cursos sobre las consecuencias de un mal manejo del ambiente.
Por otro lado, el Foro Económico Mundial a través de diversos análisis ha mencionado que algunas de las medidas más importantes dentro del Marco de Sendai para la Reducción del Riesgo de Desastres 2015-2030 son: 1) comprender el riesgo de los desastres, 2) fortalecer la gobernanza del riesgo de desastres, 3) invertir en la reducción del riesgo de desastres para la resiliencia y 4) aumentar la preparación para casos de desastre para dar una respuesta eficaz y para reconstruir mejor en los ámbitos de la recuperación, la rehabilitación y la reconstrucción.
Y aunque son acciones que no deberían ser negociables hasta el momento, a pesar de los esfuerzos todavía muchos gobiernos e instituciones se encuentran minimizando las afectaciones del cambio climático y de los fenómenos naturales. Tristemente nuestro país se encuentra entre ellos ya que en México la gestión de emergencias hasta este momento ha sido reactiva.
Hemos atravesado por diferentes crisis: terremotos, inundaciones y huracanes entre otros, que si bien, reitero, en muchas ocasiones no pueden ser advertidos con mucha antelación también nuestra reacción ha sido tardía y ha generado caos y devastación.
Mucho puede analizarse sobre el tema, aunque probablemente los puntos más significativos sean la falta de inversión en la prevención y la carencia de planes para dar respuestas eficaces, tan sólo como ejemplo de lo anterior en nuestro país en julio de 2021 quedó oficialmente extinguido el fideicomiso del Fondo de Desastres Naturales (FONDEN), y aunque se han creado mecanismos alternativos para atender los desastres naturales, estos necesitan tener los recursos suficientes y eficientes mecanismos de gestión.
El Servicio Meteorológico Nacional (SMN) ha pronosticado para estos días fuertes tormentas, lluvias intensas, granizo de gran tamaño en diversos estados del país y además el anuncio de la temporada de huracanes y tormentas tropicales, lo que podría derivar en inundaciones de calles y afectaciones, por lo que es necesario contar con un plan de emergencia familiar y aprender a enfrentarnos con resiliencia y acciones certeras a los eventos que no controlamos.
- Analista en temas de seguridad, política y educación.