domingo 22, septiembre, 2024

IN PRINCIPIO ERAT VERBUM

¿Los derechos de los niños están en retroceso?

“Enseña a los niños, y no será necesario castigar a los hombres”.  Pitágoras

Simón Vargas Aguilar

El pasado lunes 16 de enero se llevó a cabo la 92ª sesión del comité de los Derechos del Niño de la ONU, en la cual se enfatizó la importancia de continuar luchando por lograr el respeto pleno a la infancia, y es que uno de los rubros más afectados después de la pandemia ha sido la educación, lo que a su vez golpea una de las áreas más trascendentes en el crecimiento y desarrollo de las niñas, niños y adolescentes en todo el mundo.

Desafortunadamente, no solo se trata de la baja calidad académica o la falta de aprendizaje, sino que además en la sesión se mencionó el inminente impacto del cambio climático e incluso la reiterada lucha de niñas y niños no conformes con su género, quienes se han enfrentado a una creciente represión en muchos países.

También se debe contemplar que derivado de las guerras alrededor del mundo muchos niños y niñas continúan con graves necesidades humanitarias; incluso Volker Türk, alto comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos afirmó que los datos reflejan una realidad escalofriante, ya que los niños representan el 41% de los más de 100 millones de desplazados forzosos que hay en el mundo. Y en, 15 países afectados por la crisis, unos 40 millones de niños sufren una grave inseguridad nutricional.

Por otro lado, de acuerdo a datos de Amnistía Internacional, la violencia sexual en menores de 18 años en África continúa produciéndose derivada de conflictos armados, mientras que aún en varios países persisten la mutilación genital femenina y el matrimonio a temprana edad. Por su parte en nuestro continente una de las mayores vulneraciones en niñas, niños y adolescentes se asocia con frecuencia a la delincuencia organizada y la trata, incluso son reclutados para la esclavitud sexual en conflictos armados.

Dar respuesta a la pregunta del título es complicada, porque, aunque el compromiso ha sido evidente, no ha sido suficiente; y es que no solo se trata de la vulnerabilidad fuera del hogar, sino que también el desolador panorama de imaginar el terror al que se enfrentan niñas y niños, cuando la mayor de las amenazas no se encuentra en el exterior sino en casa, justo en aquel espacio que debería proporcionar paz, tranquilidad y consuelo. Hoy el miedo, para muchos de ellos, está asociado a las figuras de padres, madres y familiares quienes no aportan amparo sino por el contrario, tristeza, pánico e inquietud.

Quizá tenemos un escenario poco alentador, incluso en el informe de Amnistía Internacional 2021/22: La situación de los derechos humanos en el mundo menciona que 2021 fue en gran medida una historia de traición e hipocresía en las estancias del poder. Aun así, se mantuvo viva la esperanza de un mundo mejor tras la pandemia gracias a la valentía de personas, movimientos sociales y organizaciones de la sociedad civil.

En una época difícil como la que enfrentamos, la defensa de los derechos humanos debe estar acompañada de actos cada vez más palpables y evidentes, pero sobre todo que estas acciones conduzcan a medidas contundentes sobre aquellos que ejercen violencia; porque la aún fragilidad de nuestra sociedad en estos temas nos debe instar a reconocer los errores para enmendarlos y construir comunidades justas y equitativas.

Hoy la igualdad y la justicia son temas imprescindibles para la población e incluso abordar un tema como este, escribir sobre la pérdida y vulneración de la inocencia; nos permite continuar entendiendo que formando niños felices, con el paso de los años encontraremos adultos comprometidos y responsables.

  • Analista en temas de Seguridad, Justicia, Política y Educación.

Compartir en: