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El hombre armado que mató a cuatro personas en un edificio médico en Tulsa, acudió al lugar para quitarle la vida a un médico al que culpaba del dolor que sufría tras una operación, según informó la policía.
El hombre armado, identificado como Michael Lewis, entró en un edificio del campus del Sistema de Salud St. Francis con un arma tipo AR-15 y abrió fuego, matando a dos médicos y a otras dos personas, dijo el jefe de la policía de Tulsa, Wendell Franklin, en una rueda de prensa.
Lewis, quien se suicidó, dejó una carta en el lugar de los hechos, dijo Franklin.
Además de los cuatro fallecidos, otras personas resultaron heridas.
El hecho se produjo después de dos tiroteos masivos que han conmocionado a los estadounidenses y han reabierto un antiguo debate sobre el endurecimiento de los controles de la posesión de armas de fuego y el papel de la salud mental en la epidemia de violencia armada que asola el país.
(Con información de Excélsior)