Historias de Actores
(Para los amantes del infinito cine de Buñuel)
Raúl Adalid Sainz
Esa cadena de cines tengo entendido pertenecían al empresario-productor cinematográfico Gustavo Alatriste. Tendría unos 14 años cuando se inauguró y no tenía ni idea de quién era ese señor Buñuel. Éramos raza norteña muy indomable. Nos gustaba ir a ese cine porque daban funciones matutinas, y no eran estrictos para pedir la cartilla.
Ahí pude ver cintas como: «La Huida», de Sam Pekimpah con Steve McQueen y mi siempre adorada Ali McGraw, «Joe» con Susan Sarandon, «México-México. Ra,Ra, Ra,” de Gustavo Alatriste, La vida de Edith Piaff (de la cual no recuerdo el real nombre de la película). Buscábamos otras cosas y nos encontrábamos estas maravillas.
No sé qué tanto repercutieron en mi banda, pero a mí en la soledad me hacían darme cuenta (intuitivamente) que eran buenas. Así llegó ese nombre, Luis Buñuel, a mi vida. En 1983, ya viviendo en el DF me enteré de su muerte, yo aún no había visto sus películas.
Ese año pasaban por canal ocho (en ese tiempo canal cultural, dirigido por Miguel Sabido) cinco películas de don Luis: Los Olvidados, Simón del Desierto, Nazarín, El Ángel Exterminador, Un Perro Andaluz y Viridiana. La experiencia fue maravillosa. Me encantaron. Me sacudieron. Estudiaba la carrera teatral, y ese mundo de imágenes, de ideas, de ironías, de ver la pesadilla dentro del mismo sueño, de confrontar al hombre con la realidad, me cautivó, me movió los dentros.
Al ver esas cintas, me di cuenta por qué en mi desértica ciudad, agreste y joven, se había puesto un cine con su nombre. De esas cinco, dos de ellas siguen siendo íconos personales: «Los Olvidados» y mi consentida «Nazarín». Paco Rabal me arrobó con su interpretación del padre Nazario.
A partir de ese 83, me seguí con Buñuel por la vida. Su periodo mexicano es el que más me gusta. Después de esas cinco hubo tres que me encantaron: «La ilusión Viaja en Tranvía», «Él», y «El Bruto», donde vimos la mejor actuación de Pedro Armendáriz en su carrera.
En el año 90 trabajé al lado de Claudio Brook. Siempre que lo veía, fuera en el camerino o llegando al teatro lo miraba con ese lindo respeto hacía alguien que había trabajado con un genio cinematográfico, «¿cómo está don Claudio?», en verdad quería decirle «¿cómo le fue con Buñuel?». Al poco tiempo don Claudio murió y ya no pudimos hablar de esa experiencia.
Claudio Brook fue dirigido por Buñuel en: «El Ángel Exterminador», » Simón del Desierto» y en «La Vía Láctea». Hace poco trabajé con un actor que trabajó con Buñuel en «Simón del Desierto», me decía que don Luis era muy estricto con los actores, no le gustaban las sobreactuaciones.
Al terminar Eduardo Mcgregor, QEPD, actor referido, su participación en la película, se despidió de Buñuel, y le dijo «¡Creo que empiezo a entender la actuación en el cine!», cuenta que don Luis respondió: «Usted no tiene ni puñetera idea de lo que es el cine».
Lo que es la vida, en el año 2013, el destino me dio el privilegio, el regalo de tocar el piano en la casa de Buñuel de la Colonia del Valle, en una de mis secuencias en la película «Familia Gang», con dirección de Armando Casas.
Toqué el piano de Jeanne Rucar, esposa del maestro aragonés, el piano aún está en la casa. Esa mañana de trabajo cinematográfico sentía que recibía el mejor de los títulos que un actor pueda obtener. Siempre recordaré aquel reducto que Buñuel se construyó en la Cerrada de Félix Cuevas de la Colonia del Valle en esta Ciudad de México, lugar donde el maestro cerró los ojos, un julio del año 1983.
PD: La foto es en la casa de Don Luis Buñuel. Me acompaña el director de la película, «Familia Gang», Armando Casas. Atrás Los Mendigos de ,»Viridiana», nos contemplan sigilosos.
«Familia Gang», la puedes ver por la plataforma de internet de ILMINLATINO.
Raúl Adalid Sainz, en algún de México-Tenochtitlan