LaOtraPlana.com.mx
Elementos de la Guardia Nacional (GN) y expolicías federales han promovido 965 juicios de amparo en contra de esta corporación por presuntas violaciones a sus derechos fundamentales. Las quejas van desde actos de discriminación, hasta falta de pagos e indemnizaciones, disminución de sueldos, cambios de adscripción sin previo aviso, e incluso ordenes de trabajar en pandemia de COVID pese a ser población vulnerable.
De acuerdo con datos del Consejo de la Judicatura Federal, los primeros juicios de amparo se presentaron en 2019 por expolicías federales quienes acusaron que no se les indemnizó adecuadamente cuando dicha institución se convirtió en la Guardia Nacional. Pero a partir de ahí las quejas promovidas por los guardias se han diversificado e incrementado, como revela un oficio interno al que también tuvo acceso este medio.
Animal Político pidió más información a la Guardia Nacional sobre los amparos que han promovido sus agentes, pero al momento de la publicación de esta nota no se ha recibido respuesta.
Tan solo entre enero y julio de este año, hay cerca de 80 solicitudes de amparo presentadas por los guardias referentes a cambios de adscripción argumentado que estos han sido súbitos, injustificados y sin previo aviso. Los jueces que han recibido las demandas han aceptado estudiar los amparos pero no han concedido las suspensiones con el argumento de que no se puede afectar el interés social y el orden público.
La inconformidad creciente ha despertado interés dentro del mando militar de la Guardia Nacional. De acuerdo con el oficio interno número Jur./1411 fechado el pasado 9 de julio, dirigido a comandantes, un general de división y coordinadores estatales, se registró un incremento de estos juicios de amparo, luego que implementaron un “plan de relevos de las coordinaciones de batallón”, en una estación en Tamaulipas.
“Se han incrementado considerablemente los juicios de amparo por actos reclamados consistentes en: cambios de adscripción, pago de gastos de menaje de casa, órdenes verbales de cambio de adscripción y demás temas relacionados con el proceso de relevo”, refiere el documento.
En el oficio, mandos militares piden más información sobre si los agentes que promovieron los amparos fueron notificados del cambio, si ya se presentaron en su lugar de destino o siguen en la misma unidad. También se lee una anotación: “Enlace jurídico: comunicar a todos los organismos subordinados”.
En las convocatorias de la Guardia Nacional se establece una remuneración y servicio de mudanza para el cambio de adscripción, sin embargo agentes dijeron a este medio que se requiere hacer una solicitud, “pero el apoyo nunca llega”. Justo eso es lo que se reclama en los amparos.
“El cambio de adscripción es el cambio de unidad, cuando te pasan de un estado a otro. Ahora que nosotros estamos en cuarteles de Sedena no nos pagan nada, y en Guardia Nacional puedes hacer la solicitud para que te apoyen, pero nunca llega nada. Tenemos que poner de nuestro dinero. Esta institución trata mal a su personal, les gusta vender apariencias”, dijo en entrevista uno de los uniformados.
Relevos similares han ocurrido en otras partes del país, por ejemplo, en la estación de Toluca, Estado de México, el pasado 6 de julio se emitió un documento, al que tuvo acceso este medio, donde se pide que sean retirados los nuevos elementos de las operaciones de vías de comunicación y sean sustituídos por personal de completa formación militar, con jerarquía de subagentes y “preferentemente con 5 años como mínimo de servicio”.
Estos movimientos surgen luego de que el presidente Andrés Manuel López Obrador anunciará que buscará que la Guardia Nacional sea parte de la Secretaría de la Defensa Nacional. Aunque desde el año pasado existe un plan para que no haya ningún elemento civil para 2023, como publicó Animal Político.
El 30 de junio de 2019, el gobierno federal dio el banderazo de salida a la GN. Actualmente cuenta con 118 mil elementos, muchos de ellos movilizados por todo el país; sin embargo, el despliegue de los elementos en las calles no ha reducido la violencia, pues los asesinatos crecieron 9%. Son 8 mil 422 asesinatos por encima de los 92 mil 562 registrados en el periodo previo a que se movilizara a la GN. El promedio diario de asesinatos era de 88.
¿Malas condiciones dentro de la Guardia Nacional?
En algunos de los amparos por cambio de adscripción los elementos argumentan que este movimiento se “resiente en su seno familiar, estabilidad familiar, bienestar, salud emocional y física”. Pero en realidad, algunos uniformados no quieren ser trasladados porque desean terminar sus capacitaciones, o porque no saben en qué condiciones estarán en cuanto a techo, cama y comida, así lo dijeron agentes entrevistados.
Uno de los elementos, que recién fue cambiado por el plan de relevos, a la estación del Campo Militar 1, ubicado en Naucalpan de Juárez, Estado de México. Detalló que al llegar algunos de sus compañeros que antes vigilaban el transporte de carga en carreteras, ahora los pusieron a lavar baños.
“No nos dan una comida digna, comemos en los comedores que utilizamos de escritorios, y eso que es un campo militar. El día que algunos mandos hacen inspección, ese día el comedor está reluciente, pero todo es una farsa”, contó el agente.
“Aquí en el puesto de mando solo hay cuatro literas (para más de 73 elementos), los demás dormimos en las oficinas. Ya es cosa de cada quien que tenga un colchón inflable, una colchoneta o una cobija en el piso”, dijo otro de los uniformados que está en la estación Toluca, quien aceptó que él está acostumbrado a estar en esas condiciones porque lleva más de una década en el Ejército.
En varios videos que circulan en Internet, se muestra cómo los elementos de la Guardia Nacional llegan a campamentos improvisados, los cuales se han inundado, llenado de insectos o simplemente están expuestos. Los efectivos dijeron a Animal Político que incluso tienen que dejar su arma ahí, para dormir o para ir por comida.
“El no tener instalaciones seguras significa que en cualquier momento pueden ser vulneradas. Porque si en ese momento sufren un ataque, esa oficina o instalación no es lugar para defenderse. Están completamente expuestos. Los agentes de la Guardia Nacional están obligados para el uso de la fuerza nivel cuatro, pero cuando ves estos videos de las instalaciones, no están listos para el nivel cuatro. Y ya no hablemos de solo armas, sino los chalecos que usan no son los adecuados para el nivel de amenazas que enfrentan. No hay proporcionalidad, y la proporcionalidad es uno de los principios del uso de la fuerza”, dijo el consultor especializado en utilización de la fuerza y derechos humanos Daniel Goméz-Tagle.
El experto agregó que estas condiciones dejan en una condición muy vulnerable a los agentes de GN. “Si no se pueden cuidar ellos, cómo pueden cuidar de alguien más. La ideología de la militarización es grave y lo estamos viendo”, agregó.
(Con información de Animal Político)