Inverosímil y extraña, casi siempre jocosa, con auténtico sabor argentino, este filme no logra ser un producto completamente acabado, pero se impone como una película entretenida, con un actor muy querido y reconocido en el género de la comedia que, sin embargo, provoca cierta decepción cuando se considera que tenía todas las posibilidades para resultar inolvidable y delirante, pero no alcanza a tener la potencia que suponía
Víctor Bórquez Núñez
Partimos aceptando que el nudo argumental de esta película argentina es, a todas luces, inverosímil, pero lo asumimos como parte del género de comedia en que se inscribe. Así, perdonamos que el filme pase por alto la modernidad, donde los aparatos móviles entregan la información sobre el clima con hasta 30 días de antelación y, por lo mismo, centre su interés en Miguel Flores, un experto meteorólogo, que tiene una hazaña increíble: jamás ha errado en un pronóstico, aunque eso cambia dramáticamente cuando de la fama y cariño que todos le brindan, pasa a ser casi el enemigo público N° 1 de Buenos Aires, debido a un bochornoso equívoco que significa la debacle en la ciudad y la ruina para su programa televisivo que acaba de debutar.
Esta nueva película de Guillermo Francella, parte bien en su descripción del barrio en que vive el experto, sus vecinos que se sacan selfies con él y que lo adoran y un taxista que ve en él a la figura máxima del conocimiento. Se muestra interesante cuando describe el mundo pequeño de un canal de televisión donde él, debido a sus aciertos interminables, pasa de ser un fragmento dentro del noticiero a tener su propio show, con músicos, coreografía y efectos especiales que genera expectación y altos niveles de rating en horario central.
Dirigida por Marcos Carnevale que acaba de estrenarse en Netflix, es una comedia que desperdicia una idea alocada pero que suponía un nivel de desmadre colosal pero que se queda en el intento, con momentos graciosos y con un segmento hacia el final nada despreciable en cuanto a efectos visuales, pero que cansa, hace agua y se empantana con chistes que carecen de la gracia que se esperaba.
Este filme pierde el rumbo porque no le saca provecho auténtico a la figura de su excéntrico protagonista, que desde hace veinte años pronostica el tiempo sin errar ni una sola vez, apoyado en un título universitario y apoyado en información de primera fuente. Comienza forzado en su humor y se derrumba cuando, producto de su gran equívoco, debe emigrar a Córdoba, donde se reencuentra con su hija, con la cual casi no ha tenido comunicación en años.
Es curioso constatar que el director no haya sacado mejor partido de Guillermo Francella, quien no solo es uno de los grandes comediantes argentinos, con trabajos en éxitos del género como “Poné a Francella” o el remake de “Casado con hijos” sino también en películas como la galardonada “El secreto de sus ojos” (donde interpretó al secretario judicial Pablo Sandoval) o “El Clan”, un potente filme dramático que le valió múltiples galardones.
“Granizo” resulta un traspié en su carrera, considerando que como comedia que explota el absurdo -un tipo infalible en sus pronósticos que de la noche a la mañana pierde prestigio y debe huir a Córdoba, refugiándose en casa de su casi desconocida hija que oficia de pediatra, Carla (Romina Fernández), quien ve alterada su existencia con la abrupta llegada de este padre famoso, pero con quien casi no ha tenido contacto en años.
Toda esta nueva arista del filme hace lento el desarrollo, predecible en su relación con la hija y forzado a más no dar su encuentro con un misterioso campesino que, al parecer, realmente es un experto en predicciones de los fenómenos climáticos.
A partir de este punto, “Granizo” se resiente en su elemento clave, el humor, cediendo a la típica receta de dos desconocidos que deben sacar verdades dolorosas para reencontrarse.
Un error evidente de esta película de Marcos Carnevale radica en que se intercalan otras pequeñas (y no siempre necesarias) historias, donde sobresale la del fanático que lo sigue con devoción, un taxista de clase media que adora a Miguel Flores, lo considera su ídolo y cree en todos sus pronósticos hasta que la tormenta que sobreviene le destruye el vehículo lo obliga a replantearse sus afectos. Otras historias quedan apenas insinuadas, como la del ayudante fiel que solo tiene ojos para Miguel Flores, con evidentes connotaciones subterráneas.
Se agradece del filme que mantiene su acento argentino, con personajes característicos del gran Buenos Aires y su diferencia radical con los habitantes de las ciudades aledañas. Para los conocedores de la farándula argentina, habrá un deleite especial en la aparición de conocidas figuras del espectáculo de ese país que hacen “cameos”, pequeñas apariciones que son un elemento extra cinematográfico.
Lo curioso es que, en el segmento final, el tono de comedia cede a una pizca de ciencia ficción y de situaciones absurdas que pretenden dar un giro inusual al filme, sobre todo cuando aparece el hombre que logra predecir el tiempo en el jardín trasero de su chacra. Y, aunque la tormenta apocalíptica del segmento final tiene su encanto (más allá de los efectos visuales), la película se resiente y se desploma con el poco provecho que saca el director de ese final forzado y hasta desconcertante.
Título original: “Granizo”. Duración: 118 minutos. Clasificación: +16 años. Género: Comedia. Disponible en la plataforma de Netflix.
@VictorBorquez
Periodista, escritor y Doctor en Proyectos de Comunicación