Pepe, el famoso estilista de Viesca
Salvador Hernández Vélez
José Salvador Hernández de Ávila nació en Viesca, Coahuila el 10 de febrero de 1966, en casa de su abuelo paterno Juan Hernández López. Lo recibió en este mundo una partera muy especial: Doña Adela Vélez Adriano, su abuela materna. José Hernández Vaquera y Ernestina de Ávila Vélez (f) fueron sus padres, tuvieron diez hijos: José Dolores -murió de año y medio-, Mayela, Teresa, José, Pepe, Isidro, Benjamín, Rodolfo, Santa y Ludivina -falleció de un año y medio-.
Estudió en la Escuela Primaria Gral. Andrés S. Viesca, luego en la Escuela Secundaria Técnica No. 15, después se capacitó en CONAFE como maestro comunitario. Vivió por un año en el ejido Gilita y luego en Santa Tecla en Cuatrociénegas. Becado por el CONAFE y con el apoyo de sus padres, se fue a estudiar al CBTis 110 la especialidad de Técnico Químico en Alimentos, durante tres años, en Durango.
Al terminar, trabajó tres meses en la compañía Barrilitos de Durango como auxiliar de laboratorio; luego en la SARH de Durango, en el departamento de organismos biológicos. Después se fue a Cd. Juárez, Chihuahua, para trabajar en una maquiladora por un año. De 1986 a 1988 ingresó a General Motors, a la par de este trabajo se inscribió para estudiar por la tarde: estilista.
Así inició el sueño que tenía desde niño, ser estilista profesional. Quería aprender a maquillar, peinar y embellecer. Le gustaba ver los concursos de belleza. Practicó durante un año, aunque no recibió ingresos. Para cubrir sus gastos, trabajó en unos despachos contables y financieros por cuatro meses, pero siempre tuvo en mente construir su sueño: una estética.
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En 1990, retornó al pueblo que lo vio nacer, él decía: “Salí de Viesca, pero Viesca no salió de mí”. De 1990 a 1993 fue instructor de belleza del INEA y, un año después, abrió su estética “Jusseph” en casa de sus papás, desde ahí brindaba sus servicios profesionales en domicilios particulares. A los cuatro años se cambió al domicilio que actualmente tiene. En 1995 realizó un curso de computación para seguir actualizado.
Su regreso trajo estética a Viesca, pues fue el creador del viacrucis viviente que impulsó durante 18 años. Hoy el evento continúa vigente dentro de las tradiciones religiosas. Participó en la elaboración del traje típico de Viesca, que se confeccionó por primera vez de manta, bordado de lentejuela con formas de palmas datileras, melones, sandías, las dunas, el reloj público, todo en coordinación con el DIF Municipal (administración 1991-1993). Este traje lo portó con orgullo su abuela Adela Vélez, coronada reina del adulto mayor.
Organizaba el baile del 24 de julio (evento destinado para la Parroquia Santiago Apóstol). Cuenta con una colección de fotografías del siglo XX que muestran la belleza del oasis que fue Viesca. Pepe asumió la tradición de coronar cada año la Virgen de la Begoña del ejido Villa de Bilbao, tomó la estafeta de su abuela y de su mamá, actividad religiosa que inició en 1804. Cada 3 de mayo, subía al Santo Madero a colocar la ofrenda floral y a vestir la Santa Cruz. El 12 de diciembre, en honor a Santa María de Guadalupe, realiza la tradicional reliquia donde se reparten el asado y las siete sopas. A su vez, participa en las actividades religiosas de Semana Santa arreglando uno de los siete altares de la procesión del silencio.
A Pepe le encanta ser estilista. Mucha gente le deposita su confianza, él les brinda una sonrisa, un consejo y hasta un abrazo. En la estética se conversa lo que pasa en el pueblo. Platica que la señora doña Aurelia Uribe (QEPD), lo buscaba para que le diera un abrazo, ella decía que en el estilista veía a su hijo que había muerto. Su trabajo le permite apoyar al prójimo en las fiestas, festejos tradicionales y religiosos. Apoya de forma gratuita, particularmente en los eventos de la tercera edad. Él maquilla, peina y realiza los cambios de imagen de las reinas de dicha categoría.
Siempre se está actualizando para estar a la moda, cuenta con más de 100 diplomas. Su fama ha hecho que vengan desde EE. UU. a solicitar sus servicios. Decía doña Brígida Montiel que sus hijos primero pasaban con Pepe a embellecerse y luego a saludarla. El estilista del pueblo viene de una familia muy longeva, por lo que seguirá embelleciendo a las personas por años. Pepe combina tres cualidades humanas imprescindibles: el sentido de la belleza, la creación y una gran sonrisa.
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