Personajes laguneros
Salvador Hernández Vélez
Hace una semana presenté en el Museo Arocena el libro más reciente del cronista de la ciudad de Torreón, el doctor Jesús Gerardo Sotomayor Garza, “Personajes Laguneros”. En esta obra, el autor nos lleva por una travesía de la historia de La Laguna, particularmente de Torreón, Coahuila y de Gómez Palacio, Durango; a través de los diferentes actores que, con su trabajo en diferentes campos, contribuyeron a la conformación de la Comarca Lagunera. Sotomayor inicia su libro presentándonos a los fundadores de la región, luego continúa con los alcaldes, pintores, poetas, cronistas, los revolucionarios, las mujeres laguneras destacadas, los empresarios, maestros y escritores; los periodistas, los religiosos y personajes diversos. Las historias de Gómez Palacio y la de Torreón, son muy cortas, apenas 116 y 115 años respectivamente, comparadas con la vida de las ciudades que las rodean, enclavadas en el desierto chihuahuense: San Luis Potosí, Zacatecas, Durango, Chihuahua, Monterrey y Saltillo. Todas ellas con más de 400 años.
Sotomayor nos compartió en la presentación de su libro que este es un primer repertorio de distintos personajes de la Comarca Lagunera, próximamente abordará la vida de otros protagonistas. En el libro podrán disfrutar 102 semblanzas, en las que hay que resaltar que la mayoría de las personalidades no nacieron en la Región Laguna. Ello confirma la influencia cosmopolita que, desde finales del siglo 19, impulsó el desarrollo de esta región.
La historia de una región conformada, en este caso, por municipios enclavados en dos entidades federativas es más que un relato fiel de acontecimientos y actos memorables, es también la participación de los ciudadanos que tejieron esas microhistorias, que, a través de la vida cotidiana, combinando las ansias de vivir, los sinsabores, trabajos y sudores, e indudablemente los éxitos, cristalizaron esta importante región. Torreón y Gómez Palacio apenas estaban cumpliendo, tres y cuatro años, respectivamente, cuando estalló la Revolución Mexicana. Estas ciudades, junto con San Pedro de las Colonias, sufrieron las tomas revolucionarias, por los diferentes bandos de la Revolución. Torreón y Gómez Palacio están al cruce de las vías del ferrocarril, las que conectan la Ciudad de México y Ciudad Juárez, Chihuahua, y las que van de Tampico, Tamaulipas, al Salto, Durango; esta vía estaba planeada para llegar hasta Mazatlán, Sinaloa.
Encontraremos en las narrativas de este libro los elementos que nos permiten explicarnos cómo influyen en un evento histórico los diferentes puntos de vista, formación e intereses de los principales personajes que en él intervinieron. De ello se desprende el por qué en la Plaza de Armas de Torreón, no hay catedral católica, ni Palacio de Gobierno.
El hacer énfasis en los aspectos biográficos de las personalidades que participaron en la construcción de La Laguna desde diversas trincheras, nos permite explorar vivencias personales de los personajes que influyeron con su manera de pensar y de proceder. ¿Cómo era la vida en la Región Lagunera en la época en que les tocó vivir? ¿Cómo pudo influir su forma de pensar, su formación profesional y experiencia laboral, en su quehacer en La Laguna?
Por las páginas del libro desfilan los actores más relevantes, sólo recordaremos a los primeros forjadores, como el español Leonardo Zuloaga, fundador del Rancho el Torreón, que a lo largo del tiempo se convirtió en Hacienda, Congregación, Estación, Colonia, Villa y Ciudad, tan sólo en un periodo de 25 años. También Andrés Eppen, nacido en la Ciudad de México, gestor de la estación del ferrocarril que detonó el desarrollo de Torreón; Federico Wulff, norteamericano, primer planificador de nuestra ciudad; Feliciano Cobián, español y fraccionador del área inicial urbana de Torreón; Rafael de Arocena, español vasco, uno de los precursores del cultivo del algodón en la región.
El español Santiago Lavín Cuadra, dueño del famoso perímetro Lavín, productor de algodón y vinos, benefactor de Gómez Palacio; Adolfo Aymes, francés, él inició con el establecimiento de las primeras industrias torreonenses; Juan Nepomuceno Flores, duranguense, fundador de la poderosa compañía Agrícola Tlahualilo Limited; y Juan F. Brittingham, norteamericano, fundador de la fábrica “La Esperanza” que posteriormente se convertiría en la Compañía Industrial Jabonera de La Laguna.
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