La elección directa, sin ponderación, la segunda vuelta y la revocación de mandato en la UAdeC
Salvador Hernández Vélez
En 1973, la Universidad de Coahuila pasa a ser Universidad Autónoma de Coahuila. En los siguientes dos años se debatió el Estatuto Universitario, en largas e innumerables sesiones en el seno del Consejo Universitario Constituyente, la legislación, que como institución autónoma se daba la casa de estudios de los coahuilenses. Desde 1975, ya hace casi 50 años, la UAdeC cuenta en su estatuto con la elección de sus autoridades ejecutivas y colegiadas, por voto universal y secreto, sin ponderación alguna. El voto de un estudiante vale igual que el de un docente. Bajo esta normatividad en un periodo de tres años, en la actualidad, debe haber una elección para ocupar el cargo en la rectoría, tres elecciones para las coordinaciones de unidades regionales, sesenta elecciones para elegir a quienes deben estar al frente de las direcciones de las escuelas, facultades e institutos. Además, ciento ochenta elecciones para constituir los Consejos Directivos, autoridades colegiadas de las escuelas, facultades e institutos y noventa elecciones para seleccionar por medio del voto a las y los integrantes del Consejo Universitario, máxima autoridad colegiada de la Universidad Autónoma de Coahuila.
En total, trescientas treinta y cuatro elecciones en un periodo de tres años. Ciento once en un año. Si consideramos que la institución educativa labora diez meses, entonces podemos concluir que hay en la UAdeC once elecciones por mes. Si de un mes quitamos los sábados y domingos, en conclusión, cada dos días, en alguna unidad académica de la UAdeC hay elecciones. Todo ello sin sumarle las elecciones de sociedades estudiantiles.
Además, si en una elección de autoridades ejecutivas hay tres o más candidatos, y nadie obtiene el 50 por ciento más uno, debe haber segunda vuelta, así lo establece el Estatuto Universitario desde 1975. A nivel de escuela, facultad e instituto ha sucedido no pocas veces. Incluso existe el antecedente, hace nueve años, que en la Facultad de Administración y Contaduría en Piedras Negras en segunda vuelta hubo empate, por lo que se convocó a la tercera vuelta. Por otra parte, si en una elección sólo se registra una persona candidata, debe realizarse la elección. Se vota por el candidato o la candidata registrada y por nuevas elecciones. Como cuando el que esto escribe fue candidato a rector, en el segundo periodo, de cincuenta y nueve escuelas, facultades e institutos de UAdeC, en la Unidad Saltillo, en trece, ganó la opción de nuevas elecciones. Esa es la democracia universitaria.
Por otra parte, también el Estatuto Universitario establece que, si la comunidad universitaria, a nivel de la Unidad Académica, la Unidad Regional o en la Universidad, no están conformes con la persona que eligieron, pueden solicitar un referéndum, para remover a la autoridad ejecutiva universitaria en cuestión. Ello requiere que el 50 por ciento más uno de la comunidad de estudiantes y docentes lo solicite, y el Consejo Directivo debe llevar a cabo el proceso de validación, para en su caso convocar a un plebiscito.
Estas tres figuras están contempladas en el Estatuto Universitario desde hace ya casi cincuenta años. Ejemplos de cada una de estas figuras estatutarias a lo largo de estas casi cinco décadas, están documentados en la vida de la UAdeC. También la Universidad contempla los procesos, procedimientos y mecanismos para resolverlos en el seno interno. Y hasta ahora siempre ha mantenido la gobernabilidad universitaria, que le ha permitido cumplir con los objetivos sustantivos universitarios: docencia, investigación y difusión de la cultura y extensión universitaria. Y en los últimos años con las tareas transversales de transparencia, rendición de cuentas, derechos humanos, lucha contra la violencia hacia las mujeres, la equidad de género, la inclusión y demás aspectos mandatados para las instituciones de educación superior en la Ley General de Educación Superior. Todo ello en esta época de incertidumbre y de uso desmedido de las redes sociales.
Sin duda la Universidad Autónoma de Coahuila no es una institución de educación superior vertical. La UAdeC no solo es horizontal, sino que se desenvuelve en espacios horizontales que se entrecruzan y se yuxtaponen. Así ha transitado la casa de estudios de los coahuilenses ya casi por cinco décadas.
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