José Luis Carrillo Ramos
Viene la Fiesta Mundialista y vaya dilema que enfrenta la Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo…
Por un lado, tiene a millones de simpatizantes que no ven con agrado que acuda a la inauguración del Mundial de Fútbol en junio próximo, ya que aseguran, sería víctima de una trampa política.
Por el otro, tiene a otro grupo que sostiene que no sería bien recibido en el Mundo, que por primera vez un Mandatario se ausentara de un evento, cuyo objeto principal es unir al Mundo en torno al deporte.
Aunque, lamentablemente ha dejado atrás sus verdaderos fines para priorizar el mercantilismo y los intereses financieros.
¿Quiénes tienen la razón?
En lo personal, creo que, al menos por el momento, ninguna de las partes, ya que ambos argumentos pueden ser válidos, aunque todo dependerá de las circunstancias que priven en México, en los próximos seis meses.
Seamos serios, el Fanatismo nubla la razón, por ello es que en el centro está el equilibrio y por ende asumir que en algún extremo está la verdad, es poco recomendable.
Descartar acudir a un evento, que entiendo es para clases sociales con poder adquisitivo,sin embargo, no necesariamente es cierto, ya que existen personas de Clase Media que se pasan cuatro años ahorrando para poder vivir esta experiencia global, suena a desaire.
¡Es como cuando el dueño de una casa en la que se organiza una fiesta no quiere ir, argumentando que sus vecinos que acudirán lo van a criticar!
Es cierto que han existido Mundiales de Fútbol, en los que la figura principal recibe chiflidos y gritos de desaprobación, pero, ¿acaso esto NO forma parte de la Libertad de Expresión Ciudadana?
Los que apoyan que la Presidenta NO acuda al evento, sostienen que es preferible que conviva en el Zócalo de la Ciudad de México, con grupos simpatizantes de la Cuarta Transformación, para no poner en riesgo su imagen pública.
Mientras que los que apoyan su presencia en el Estadio Ciudad de México, argumentan que más allá de las altamente posibles, pero nada deseables rechiflas; lo relevante es la figura de la Mandataria en un evento Mundial.
Reitero, los extremos no son recomendables para un desarrollo armónico, y en los peligrosos momentos por los que pasa México, seguir «echando gasolina a la lumbre» resulta poco inteligente y altamente riesgoso, porque ponemos en riesgo el futuro de los nuestros.
¡Carajo, debemos ser parte de la solución y NO del problema!
Urge más «SÏIIIS» y menos «NÓOS!
En lo personal, me agrada la idea de que los Estrategas Presidenciales exploren algún tipo de gris y no pensar solamente en negro y blanco, una salida buscando el equilibrio, porque después de todo, la Presidenta Sheinbaum representa México, y por ende a TODOS LOS MEXICANOS.
Después de todo, conviene recordar que muchos le aconsejaron NO acudir al evento del sorteo en días pasados, en Washington; y los resultados demostraron que estaban equivocados.
Gratos momentos al ver a la Presidenta de México con sus Homólogos y SOCIOS bromear mientras el Mundo los veía.
Me agradaría verla en el evento de Inauguración del evento Mundialista, que cantara el Himno Nacional junto con millones de Mexicanos, para movilizarse rápidamente hacia el Zócalo Capitalino y presenciar México-Sudáfrica acompañada de miles de personas.
¿Es tan complicado ser prudente y buscar la Unidad Mexicana?
Es bueno que la Presidenta tiene seis meses para resolver el dilema.







