martes 8, octubre, 2024

Esas cosas que nunca se cumplen…

Hannia Márquez Jiménez

El inicio de enero implica también el comienzo de un nuevo año, y este a su vez está rodeado de nuevas expectativas, oportunidades y metas; es en este punto donde mucha gente aprovecha para reflexionar sobre lo que aprendió durante los últimos 12 meses y con esto analizar qué cosas se quieren cambiar y qué cosas mantener o mejorar, dando paso a los tan famosos “propósitos de año nuevo”.

El peso que tienen estas fechas en la mente de las personas es muy interesante, pues pasar de un 31 de diciembre de un año a un primero de enero de uno nuevo le genera a la mayoría de la población una sensación de querer modificar sus hábitos y conductas a algo más positivo y hasta productivo, y el por qué se produce este efecto se debe a que el simple cambio de año ya nos invita inconscientemente a querer hacer más transformaciones en otras áreas de nuestra vida.

Usualmente, cuando algo cambia en nuestro entorno no solo se queda en un caso en particular; esto quiere decir que con una pequeña variación de algo suelen venir más modificaciones. En otras palabras, cuando uno sufre un tipo de cambio suelen venir otros tantos con este; por eso mucha gente aprovecha el cambio natural de un año hacia otro para tratar de reformar otros aspectos en su estilo de vida.

Quisiera hacer un énfasis en la palabra ‘tratar’, porque en la gran mayoría de los casos eso se queda en un simple intento, y es que el gran problema de los propósitos de año nuevo es que no se suelen tomar en serio, pues estos a veces los solemos hacer por puro protocolo, porque las fechas nos indican que así debe hacerse, ya que es parte de las tradiciones.

Aún si los propósitos se hicieran con la firme intención de realizarse, existen cuestiones que hacen que no se puedan cumplir, y una de ellas es la gran ambigüedad con la que los solemos formular. ¿Cuántas veces no hemos escuchado o incluso nos hemos propuesto cosas como “ser más feliz” o “aprender algo nuevo”? Cosas sumamente amplias como estos ejemplos son imposibles de cumplir, porque no tenemos idea de cómo llegar a esa meta.

En este caso lo que se debe hacer es simplemente ser más específicos con lo que queremos. Por ejemplo, si nuestro propósito es ser más feliz debemos encontrar aquellas cosas que nos provoquen ese sentimiento; entonces si pasar más tiempo al aire libre o con personas que queremos, practicar algo que nos guste mucho o jugar a algo nos hace felices nuestro propósito será realizar más ese tipo de actividades, pues eso nos llevará a cumplir con la meta principal. Es igual para el caso de aprender algo nuevo; hay que definir bien qué cosa y luego ponerlo en práctica.

Otro de los factores por los que no se suelen cumplir los propósitos de año nuevo se debe a que no están bien establecidos los planes para llegar hasta esos objetivos. En una encuesta realizada por Statista Consumer Insights en octubre de 2023 se muestra que los principales propósitos que tienen los mexicanos para este 2024 son ahorrar más dinero, hacer más ejercicio, pasar más tiempo con amigos o familiares, comer más sano y perder peso; en todos los casos hay que establecer las maneras en que se van a tratar de lograr dichas metas.

Es un gran problema cuando queremos pasar a la práctica, porque no hay un camino bien establecido para cumplir nuestros objetivos; por lo tanto, la solución es definir bien el plan para poder llegar a cumplir nuestra meta, ¿Cuánto tiempo le debo invertir?, ¿Qué debo de empezar a cambiar para lograrlo?, ¿Cuánto es la cantidad que deseo tener (en el caso de perder peso y ahorrar dinero)? Tratar de ser lo más claros y específicos a la hora de definir nuestros propósitos, nos será de gran ayuda para cumplirlos.

Si nos ponemos a analizar la situación entenderemos que muchas de las veces hacemos este tipo de propósitos sin pensar, pues la mayoría de las veces solo los decimos y planteamos sin analizar lo que implica y la verdadera razón por la que lo queremos realizar; es aquí donde entra otro motivo por el que no se llegan a cumplir. La falta de intencionalidad por la que se pretende hacer algo nos hace olvidarnos del objetivo y es entonces cuando lo abandonamos, ya que no existe un factor que nos impulse a querer cumplirlo; es por eso que es muy importante cuestionarnos cuál es el motivo por el que queremos hacerlo, y en base a eso también podremos formular una mejor manera para lograrlo.

Finalmente, existe un gran factor por el cual no se llegan a cumplir los propósitos de año nuevo y que considero es el más importante de todos: La disciplina. Dentro de plantear metas sin pensar se encuentra el no ser conscientes de la cantidad de sacrificios y/o inversiones que llevará cumplir los objetivos, y es de suma importancia entender que las cosas no pueden modificarse de un día para otro, pues cosas como dejar cualquier tipo de vicio o comportamiento tóxico se puede decir fácil, pero es claramente necesario tener una gran fuerza de voluntad para lograrlo, además de un gran apoyo de otros medios o personas.

Dicen que para generar cualquier cosa en un hábito es necesario realizarlo por 21 días, ya que nuestro cerebro asimila cambios de forma gradual, por lo que deberemos repetir el mismo gesto o rutina durante estos días para que nuestro cerebro la almacene como tal. Mucha gente quiere ver los resultados de sus propósitos en un par de días, y cuando se dan cuenta de que no hay un cambio rápido renuncian a continuar haciéndolos. La disciplina es una cuestión clave a la hora de cumplirlos, y si no somos capaces de entender que todo es un constante proceso no podremos lograr las metas nunca.

Personalmente no apoyo la idea de los propósitos de año nuevo; me parece absurdo creer que solo por ser un nuevo año las cosas que hagamos también lo serán y habrá un enorme cambio en nosotros y en nuestro entorno por arte de magia, cuando evidentemente si queremos hacer cosas nuevas o diferentes hay que modificar nuestras rutinas, hábitos y maneras de hacer las cosas. Además, es bastante chocante y triste ver cómo la gente se promete mil cosas y no cumple ninguna.

Pienso que cualquier fecha del año es un buen momento para proponernos cosas que sean para nuestro beneficio, pero ya sea en esta fecha inicial o en cualquier otro momento siempre es importante considerar los factores que he mencionado para tratar de que lo que nos hayamos planteado, lo podamos volver una realidad.

-Más contenido en la Revista ‘Metrópolis’: https://www.calameo.com/read/007426192ec1cce3a7911

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