Luis Alberto Vázquez Álvarez
Eróstrato era un pastor de Éfeso cuya única finalidad fue lograr fama a cualquier precio; fracasó en todos los intentos, militares, artísticos y políticos. En ese tiempo el templo de Diana en su ciudad era la maravilla arquitectónica que pasaría a la historia como algo espectacular, tanto el edificio como las estatuas que lo adornaban. Todos coincidían que por los siglos de los siglos sería recordado y reconocido. En su mente enferma Eróstrato, ante los fracasos alcanzados en su sueño, discurrió que quien lo destruyera, también pasaría a la historia y empezó a realizar los preparativos para quemarlo.
Una noche lo realizó y se quedó ahí mismo para gritar su nombre y anunciar su piromanía con orgullo. Al descubrirse la intención real del incendiario no solamente se lo ejecutó, se prohibió, bajo pena de muerte, pronunciar y registrar su nombre para evitar que las generaciones futuras lo conocieran.
La ciencia psicológica creó el “complejo de Eróstrato” para referirse a un tipo de personalidad generalmente de escasa autoestima y con un deseo de fama tan intenso que quien lo experimenta es capaz de hacer cualquier cosa con tal de alcanzarla. Este trastorno neurológico de carácter social provoca que se cometen las mayores barbaridades sólo para alcanzar la fama sin importar a quiénes se destruya, lo mismo personas que sociedades.
Según el psicólogo Alfred Adler, el afán no surge en una persona psicológicamente estable, se potencia en aquellas personas con sentimientos de inferioridad, por eso mismo necesitan destacar y les incita a cometer delitos de cualquier tipo en su insaciable deseo de notoriedad y reconocimiento a cualquier coste; es tal su apetito de fulgor en la historia que eclipsa el sentido común y la ética, lo mismo roban, matan o se meten en la política para actuar con mayor plenitud en su alucinación por descollar mediáticamente.
Son en las guerras donde surgen los grandes inmortales de todos los tiempos, además gobernantes increíbles que dejaron patrimonios a sus pueblos y/o países, pero también se generan en las guerras parlamentarias de todos los tiempos y países, como Demóstenes con sus “filípicas” en Grecia o Cicerón con sus “Catilinarias”. En México los historiadores recuerdan con agrado los enfrentamientos retóricos entre Servando Teresa de Mier y Miguel Ramos Arizpe en el constituyente de 1824 sobre la república federal o central, o los liberales como Miguel Lerdo de Tejada en 1856 sobre la separación de estado e iglesia, o en Querétaro en 1916 sobre los derechos laborales que culminaron con el artículo 123, primera legislación mundial a favor de los trabajadores. Agrego los debates en 1923 sobre el famoso tratado de Bucareli en que el senador Francisco Field Jurado fue asesinado por órdenes de Obregón, cuando se opuso a la entrega del país a los gringos.
Dentro de las befas de la cámara de diputados, un prianista, ante su incapacidad de argumentar termina insultando a las progenitoras de todos los adversarios camarales con todas sus palabras, no dejó nada a la imaginación. Ello motivó el aplauso y alborozo de sus sucedáneos de idéntica calidad ética e intelectual. Tal desesperación es inaudita; nunca en ese recinto parlamentario se había llegado a tal bajeza; cierto que seguramente muchos lo habrían pensado y otros expresado a sus amigos discretamente, alguno lo dijo en privado pero los demás se enteraron porque se le olvidó apagar el micrófono. Este conservador oscuro e insignificante burócrata legislativo, al igual que aquel Eróstrato griego; ya logró pasar a los anales legislativos por su bajeza y ruindad pública y expuesta. Ese insulto inusitado fue su respuesta a una buena decisión en la cámara que su escasa capacidad intelectual jamás comprendió.
Los cada vez menos leídos, escuchados y vistos medios tradicionales de comunicación, enfrentan su final debido a su marchita audiencia; además se ahogan lastimosamente por la falta de recursos que antes recibían del erario federal (vulgo “chayote”), desaparecido hace cinco años y según parece, serán, al menos, seis años más sin él. Ignoran intencionalmente las agresiones a personas de la tercera edad por las guaruras de la candidata opositora y hasta justifican cínicamente latrocinios al erario, Por ello no extrañe que, al tiempo en que desaparecen, desesperado estén creando Eróstratos de todo tipo; hasta payasos abotargados como candidatos. Como su auditorio está ya perfectamente limitado, ya no crecerá, no recibirán ni un solo voto más; lo único que conseguirán con tanta mentira: odio más rencoroso.