Jessica Rosales
Becas Universales: Un camino hacia el colapso financiero
La propuesta de extender las Becas para el Bienestar Benito Juárez a todos los estudiantes de educación básica, sin distinción de situación económica, ha sido presentada como una medida histórica para mejorar la equidad educativa en México y combatir la deserción escolar.
Proveer apoyo económico a todos los estudiantes de preescolar, primaria y secundaria parece un paso decisivo hacia una educación más inclusiva, pero detrás de este sueño se esconde una realidad fiscal que no podemos ignorar. Dentro de la visión idealista se esconde un riesgo alarmante: el potencial colapso de las finanzas públicas del país.
Para el gobierno federal otorgar becas a 21.1 millones de estudiantes es una forma poderosa de combatir la desigualdad y reducir la deserción escolar. Pero cuando miramos de cerca los números, la realidad pinta un panorama mucho menos alentador.
De acuerdo con un análisis del CIEP (Centro de Investigación Económica y Presupuestaria), el costo proyectado para financiar estas becas se dispararía a 245 mil 446 millones de pesos en 2027, casi cinco veces más que el presupuesto asignado en 2024. Este incremento significativo equivaldría al 0.6% del PIB, una carga fiscal que amenaza con desestabilizar las finanzas nacionales.
Señala que el problema no es solo el volumen de dinero requerido, sino también el contexto fiscal en el que se plantea esta expansión. México se encuentra en medio de un esfuerzo por reducir su déficit público a la mitad para el próximo año, una meta ambiciosa pero necesaria para mantener la salud económica del país. Aumentar el gasto en educación básica a los niveles propuestos, sin contar con fuentes de financiamiento claras y sostenibles, podría descarrilar este esfuerzo, empujando al país hacia un déficit insostenible y, eventualmente, hacia una crisis fiscal.
Una política de becas universales, sin criterios económicos que prioricen a quienes realmente lo necesitan, corre el riesgo de convertirse en un gasto excesivo e ineficiente. En lugar de focalizar los recursos en las familias que más lo requieren, se estarían diluyendo en un mar de beneficiarios, muchos de los cuales no necesitan el apoyo económico para mantener a sus hijos en la escuela. Esta falta de focalización podría resultar en una asignación ineficaz de los escasos recursos del Estado, mientras otros sectores igualmente críticos, como la salud y la seguridad, sufren recortes inevitables.
Los expertos en finanzas consideran que el impacto a largo plazo de una medida tan costosa podría ser devastador. Han insistido en que si la economía no crece al ritmo necesario para soportar este gasto adicional, el gobierno se vería obligado a tomar decisiones difíciles, como aumentar impuestos, recortar otros programas sociales, o incluso endeudarse más.
Aunque la idea de becas universales para la educación básica suena atractiva en papel, la realidad es que podría llevar a México a una situación económica insostenible. En lugar de embarcarse en un proyecto de esta magnitud sin un plan financiero sólido, se considera necesario un enfoque en políticas que realmente prioricen a los más necesitados, asegurando que el apoyo llegue a quienes más lo requieren sin poner en riesgo la estabilidad fiscal del país. Las buenas intenciones no deben cegarnos ante los peligros reales de un colapso financiero que afectaría a todos los mexicanos.