Jessica Rosales
¿Quiénes traicionan a Coahuila?
Hubo un tiempo en que los legisladores federales regresaban a sus distritos cargados de anuncios, cifras y promesas cumplidas. Eran tiempos en que los diputados se sentaban frente a los medios para presumir los logros obtenidos: más carreteras, hospitales equipados, obras hidráulicas, apoyos a municipios mineros o recursos extraordinarios para seguridad. Hoy, esa escena parece parte de la nostalgia política. Mientras legisladores coahuilenses de oposición intentan defender los recursos federales para proyectos que fortalecen a los estados, los representantes de Morena en esta entidad han optado por respaldar los recortes del Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) 2026 sin considerar el impacto que estos tienen en la entidad que los eligió y que espera su defensa.
El ejemplo más reciente fue en el Senado de la República, donde la bancada morenista, incluyendo a los coahuilenses Cecilia Guadiana, Luis Fernando Salazar y Alfonso Cepeda, votó en contra de la reactivación del Fondo Minero, una propuesta que pretendía devolver recursos a municipios con actividad extractiva como Múzquiz, Sabinas o Progreso. Zonas que antes recibían cerca de 250 millones de pesos anuales para obras de infraestructura, escuelas o caminos, y que desde 2020 fueron privadas de esa posibilidad cuando Morena decidió desaparecer el fondo.
El golpe a la Región Carbonífera no es menor. En sus mejores años, Coahuila recibió más de 305 millones de pesos para 63 proyectos. Hoy, esa fuente de inversión local ha quedado reducida a la memoria y al abandono. Lo paradójico es que la iniciativa para revivir el fondo ni siquiera era del PRI o del PAN, sino del propio Partido del Trabajo, aliado del oficialismo. Pero ni así lograron convencer a los morenistas de respaldar a los municipios que sostienen parte de la economía estatal.
Y mientras en el Senado se cierran las puertas a los municipios mineros, en la Cámara de Diputados el panorama no es más alentador. El dictamen del Presupuesto de Egresos 2026, recientemente circulado en San Lázaro, representa un golpe directo a Coahuila, así lo denunció el legislador Marcelo Torres Cofiño, quien lo calificó como “un acto de irresponsabilidad política y económica que castiga a los estados productivos” .
El documento expone recortes en seguridad pública (-17.5%), en medio ambiente (-4%), en cultura (-16%), y una ausencia total de proyectos hidráulicos para La Laguna, pese a la crisis de agua y arsénico que viven miles de familias . A cambio, el gobierno federal presume un presupuesto “histórico” que, en realidad, centraliza recursos, fortalece al Ejército y sostiene programas clientelares con fines electorales.
Ante este panorama, vale la pena preguntarse: ¿dónde están los diputados de Morena por Coahuila? ¿Dónde están los pronunciamientos, las ruedas de prensa, la defensa del estado que los eligió? ¿En qué momento se perdió la vocación de representar a los ciudadanos para convertirse en simples operadores del poder central?
Coahuila no necesita legisladores sumisos ni voceros del oficialismo; necesita representantes que levanten la voz cuando la federación castiga a los municipios productivos, cuando desaparecen fondos que daban vida a las regiones, cuando la seguridad se recorta y el agua se ignora.
De aquellos tiempos en que los diputados presumían logros y carreteras, ya no queda nada. Hoy, Morena se ha convertido en sinónimo de recortes, silencio y abandono. Y lo más grave es que los legisladores coahuilenses de ese partido parecen conformes con ser parte del problema.
Quizá la pregunta más incómoda no sea “¿dónde están?”, sino ¿a quién sirven realmente?
 
								
 
															





