sábado 23, noviembre, 2024

En el Tiempo de las Mariposas

 

(Historia de una filmación)

 

Raúl Adalid Sainz

“Si me matan… yo sacaré mis brazos de la tumba y seré más fuerte”: Minerva Mirabal.

Así escribió una de las tres hermanas Mirabal, activistas revolucionarias dominicanas que encabezaron la lucha en su país contra la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo (de 1931 a principios de los sesentas del siglo pasado). Época oscura y arbitraria, donde los privilegios económicos a unos cuantos se impusieron. La intolerancia y la falta de libertad fueron la norma. Todo bajo la complicidad de los Estados Unidos.

 

Este fue el tema a tratar en la película «En el Tiempo de las Mariposas». Un guion basado en la novela homónima de Julia Álvarez; adaptación cinematográfica por Judy y Dany Klass. En la dirección estuvo el talentoso director español Mariano Barroso, que en su ópera prima, » Mi Hermano del Alma», en 1993, ganó el premio «Goya» al mejor director novel. En 1996 dirigió «Éxtasis», con Javier Bardem. 

En 1999, dirigió «Los Lobos de Washington», con Eduard Fernández, misma que recibe varios premios en el Festival de Cine de Toulose. Con ese cartel tomaba en el año 2000 la dirección Mariano. La producción y el papel protagónico (Minerva Mirabal) estuvieron a cargo de la actriz mexicana Salma Hayek.

Fue una filmación muy gozosa rodada en el centro de la Ciudad de México, el Puerto de Veracruz y pueblos circunvecinos a éste. La elección de Veracruz fue magnífica, daba la impresión en la película que estabas en República Dominicana. La película se hizo en inglés. Fue proyectada en la cadena televisiva norteamericana HBO. Tuve el privilegio de interpretar a «Father Ignacio», un papel muy bello. Un sacerdote que se ve en la encrucijada de bendecir el movimiento armado organizado por las hermanas Mirabal en contra del dictador Leónidas Trujillo. En una secuencia, en que me es propuesto lo anterior por las hermanas Mirabal (Salma Hayek, Lumi Cavazos, Mía Maestro) en mi iglesia en Medellín, Veracruz, Mariano Barroso me brindó una gran dirección de actor. La secuencia me gustó mucho. La foto al pie del escrito corresponde a ese día.

Salíamos temprano al llamado y regresábamos en la tarde noche al puerto. Cómo olvidar aquel «Hotel Mocambo», lugar de residencia durante el rodaje. Las pláticas con los compañeros, en la terraza del bar, eran inolvidables. Acompañados por la brisa nocturna del puerto veo a Don Pedro Armendáriz y esa bebida especial que le preparaban llamada «Menyul», me deleito recordando a Fernando Becerril, a mi tocayo lagunero Raúl Méndez, a nuestro dialogue coach, Nacho Torre. Un rodaje con estrellas del ámbito internacional cinematográfico: Leónidas Trujillo fue interpretado por Edward James Olmos, los jóvenes activistas revolucionarios principales eran: Marc Anthony, Demian Bichir, Raúl Méndez. Las hermanas Mirabal, fueron interpretadas por: Salma Hayek, Lumi Cavazos, Mia Maestro y Pilar Padilla. Sus padres fueron: Fernando Becerril y Ana Martin. 

Un elenco muy numeroso. La fotografía corrió a cargo del mexicano Xavier Pérez Grovet, mismo que tenía y tiene una enorme experiencia en el cine norteamericano: («21 Gramos», de Alejandro González Iñarritu, «Nueve Vidas», de Rodrigo García, «La Mujer de Benjamín», de Carlos Carrera).

Auténticas lecciones para un actor de cine. Para ese tiempo, año 2000, rodaba apenas mi cuarta película profesional. Grandes anécdotas vividas. Mucha enseñanza.

Recuerdo haberme preparado para ese papel yéndome a misa de siete mañaneras, ayudaba al padre en su homilía, al verme todos los días, un día me pidió que si le ayudaba, leía diferentes pasajes de la biblia en casa, me apoyé en un gran amigo, el maestro Jorge Marcos, quien me tradujo una larga oración en latín, «De Profundis», y me enseñó a pronunciarla. 

Una anécdota recuerdo de mi casting: Mariano Barroso, el director me dijo, di a mis ojos: «Creo en Dios por sobre todas las cosas», «dilo con el rostro muy suave, quita toda dureza». El casting fue en los «Estudios Churubusco», esa misma mañana me dio el papel. Ojalá fuera siempre así de rápido. Las decisiones, positivas o negativas, suelen tardar.

Una película, un rodaje que me trae grandes recuerdos pues fue filmada en uno de los lugares más queridos para mí: el entrañable Puerto de Veracruz y ese estado verde como esmeralda donde la vista se pierde. Sí, así como decía Don Pedro Armendáriz cuando regresábamos al hotel después de la larga jornada.

 

Raúl Adalid Sainz, en algún lugar de México Tenochtitlan

 

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