sábado 21, septiembre, 2024

EN CONFIANZA

Vértigo y Riesgo Preelectoral

Sergio Uribe

Los tiempos y las circunstancias políticas, a diferencia de otras épocas de la historia de México, las actuales han tomado un vértigo inesperado, inédito, sin un control legal pleno y con una ruta que pudiera llevar a un colapso político y social en nuestro país por los niveles de polarización que se está alcanzando.

Sin tratar de decir que antes fue mejor, sí queda claro que ahora la gravedad de éste vértigo viene generando una bola de nieve con alcances insospechados. Morena anticipó los momentos. Estamos justo a 11 meses de la jornada electoral para la sucesión presidencial, el senado y la cámara de los diputados y ya se vive un ambiente electoral pleno, y que obligó a los demás partidos a subirse a esta nueva forma, que dígase lo que se diga anticipa las reglas enmarcadas en la legislación electoral.

La Alianza PRI, PAN, PRD se vio en la necesidad de realizar un proceso de selección de candidatos. Lo ha hecho con mesura, con orden, con cuidado y especialmente con algo que es invaluable al procurar mantener la cohesión de sus militantes y con ello de la sociedad.

Este momento marca diferencias. Mientras que en Morena son evidentes las discrepancias, las veladas pugnas y las sutiles quejas de las “corcholatas”, donde unos exigen piso parejo, uno más quejándose del dispendio exagerado en los gastos en sus recorridos y uso de espectaculares. Al interior del partido morenista se nota una fractura no visible, pero si deja percibir que hay distancias y recelo entre simpatizantes de una y otros aspirantes presidenciales que evidentemente desencadenará en la unidad, que de por sí ya es frágil porque ese sería el principal riesgo al adelantar la “selección”.

La Alianza del PRI, PAN y PRD sin dejar pasar el tiempo, diseñó un proceso más terso, con un escrupuloso cuidado en lo que es lo más importante, la cohesión y la unidad que hoy en día es un activo verdaderamente valioso para cualquier partido y su futuro.

Aquí en Durango la semana pasada estuvieron Claudia Sheinbaum y Adán Augusto, y entre los simpatizantes de estos pre candidatos se mantenían a la expectativa entre unos y otros en una competencia donde se festejan los desaciertos, errores y omisiones, lo cual evidentemente habla de la existencia de una fragmentación disimulada, no muy notoria, pero si real.

En cambio, en la Alianza han desarrollado este proceso con una gran cautela, cuidando, desde luego, la unidad, Incluso las pasarelas de los aspirantes son arropadas por los partidos, donde los aspirantes trabajan dentro del marco de una hermandad y respeto, que es el único camino que les queda para poder enfrentar la oleada que está por venirse del oficialista Moreno y de su jefe político.

Lo más importante de este tiempo y este proceso es que los intereses partidarios, particularmente de Morena, no lleven a una polarización que sea el principio de una confrontación, no solo de militantes, sino de la sociedad mexicana, que sería lo que faltaba para una devastación del país. Ojalá que no se llegue a ese extremo y se anteponga el interés supremo de México como nación.

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