Un estreno que cumple con la clave de entretener, tener actuaciones destacadas de estrellas de Hollywood como Ryan Gosling, Ana de Armas y Chris Evans y dejar dividida a la crítica que, por una parte, la alaba como thriller de suspenso y espionaje y por otro, reclama que se trata de un filme aletargado y con muchos focos de interés que no se consolidan en un todo. A pesar de ello, es uno de los estrenos más buscados en la plataforma de Netflix y una de las películas destacadas de este período si se asume que toda superproducción de esta naturaleza privilegia lo físico por sobre las ideas o la coherencia interna
Víctor Bórquez Núñez
Desde luego, no existe originalidad en su trama, porque El hombre gris cumple (y lo hace de manera excepcional) con la fórmula del cine de espionaje: mucha acción deslumbrante, decenas de explosiones, festín de tiroteos y una corriente de humor que ayuda a los espectadores. Y por encima de eso, la gracia es que se trata de una película disfrutable, un excelente ejemplo de cine de fórmula que tiene elementos que hipnotizan, en especial si se está dispuesto a ver un juego pirotécnico de alto valor que se toma dos horas para su propósito.
¿De qué va este filme? Un agente de la CIA es reclutado por su supervisor, quien lo saca de la cárcel, por su condición reconocida de haber sido un mercader de la muerte con una calificación de excelencia y, por lo mismo, perseguido de manera implacable por muchos que desean cobrarse venganza, en especial Lloyd Hansen, antiguo compañero de actividades que solo desea eliminarlo.
Dirigida por los hermanos Anthony y Joseph Russo, realizadores de películas como Avengers: Endgame, lo mejor que tiene es el dúo protagónico donde se lucen el siempre notorio Ryan Gosling y el muy popular Chris Evans, enfrentados acá como enemigos irreconciliables en esta apuesta millonaria que ha hecho Netflix: es primera vez que se invierten US$ 200 millones en presupuesto, justo en un momento en que presenta problemas de suscripción de este gigante del streaming.
Con un despliegue de escenarios que abarcan Estados Unidos y Europa, el filme tiene también una batería de efectos especiales, dobles de acción y publicidad costosa, es lógico suponer que existió confianza en este producto que, no obstante, no ha logrado opiniones mayoritariamente favorables, destacando eso sí en que se trata de una película de acción trepidante, entretenida y que, a pesar de su metraje de 120 minutos, se hace placentera de ver y plausible como producto comercial.
En este sentido, este filme se parece a los típicos esquemas tradicionales del cine comercial hollywoodense e incluso, trae de memoria -era que no- a las peripecias del agente 007 en su etapa más relajada o a cintas que tienen a Jason Bourne como protagonista, tipo El caso Bourne o La supremacía de Bourne, en donde lo que más sobresale es la envidiable capacidad física de los actores, en particular en el caso de Ryan Gosling que, aparte de un físico envidiable, demuestra su versatilidad para todo tipo de papeles, destacando incluso en el plano del baile y el canto, como lo demostró en la noble cinta musical La, La, Land.
Como suele ocurrir en estas películas que se pasean por los sitios más exóticos del planeta, incluyendo Bangkok en esta oportunidad, el protagonista, Six (Ryan Gosling), debe lidiar con agentes dobles, secretos inconfesados y el poderío de las instituciones que deciden a quién matar sin explicar el porqué. Y también está la confesión de última hora y un objeto -un medallón que contiene oculto un pendrive- que tiene información clave y tan peligrosa que el agente se transforma muy a su pesar en el blanco de sicarios y antiguos colegas, porque puede descubrir secretos que a nadie conviene, en especial a Lloyd Hansen (Chris Evans), un ex psicopático agente y ex compañero de Six.
A partir de este momento, el filme navega por aguas conocidas de venganzas, complots y carreras contra el tiempo, en especial cuando una víctima inocente ha sido raptada por Hansen, para quebrar la voluntad de Six y frenar a la agente Miranda (Ana de Armas), quien lo ayuda en todo instante.
El Hombre gris cumple cabalmente en reforzar la receta del thriller de espionaje y suspenso, amparado en las millonarias espaldas de la superproducción, el sello de los hermanos Russo y el beneplácito del gigante Netflix. Ese apego a la fórmula habitual es sello de su éxito espontáneo con el público menos exigente y también la causa de que este filme no alcance mayor reconocimiento, a pesar de su excelente armado técnico y buenas actuaciones, incluyendo a un también selecto grupo de secundarios.
En las sumas y restas, El hombre gris es un filme regular que encantará a los amantes del género de acción, persecuciones y balazos, salpicado con un recorrido por ciudades bellísimas y exóticas, dejando de lado la posibilidad de sacar más provecho a sus intérpretes y dejando que un guion mal calculado termine sepultando los reales méritos de esta apuesta millonaria.
Tal vez el mayor error sea que gran parte de la película se desarrolla de manera mecánica, perdiendo la posibilidad de jugar con giros dramáticos o sorpresas que maticen una receta que se sigue al pie de la letra, a la segura claro, pero sin mayor creatividad, perdiendo la posibilidad de narrar el origen de Sierra 6 para lograr humanizarlo, haciendo que los espectadores logren entender el contexto en el cual llegó a convertirse en esa máquina de matar que asume el trabajo sucio que nadie desea realizar.
FICHA TÉCNICA:
El hombre gris (The Gray Man, Estados Unidos/2022). Dirección: Anthony & Joe Russo. Guion: Joe Russo, Christopher Markus, Stephen McFeely, basado en la novela homónima de Mark Greaney. Fotografía: Stephen F. Windon. Edición: Jeff Groth. Música: Henry Jackman. Elenco: Ryan Gosling, Chris Evans, Ana de Armas, Alfre Woodard, Billy Bob Thornton, Regé-Jean Page, Julia Butters. Duración: 122 minutos. Disponible en: Netflix
@VictorBorquez
Periodista, escritor y Doctor en Proyectos de Comunicación