sábado 4, enero, 2025

El derecho a saber

Federico Berrueto

El retroceso democrático del país se acompaña de la afectación del derecho a la información, a conocer lo que hace el gobierno. Es una de las fórmulas más eficaces de escrutinio al poder y, por lo mismo, contención al abuso. Uno de los ataques del régimen fue al INAI, la institución responsable de obligar a las autoridades a informar y transparentar su actuación.

La declaratoria de seguridad nacional de las obras públicas es un mecanismo para evitar informar y rendir cuentas. La asignación directa o discrecional de obra pública ha sido la norma de este régimen, que propicia la corrupción.

El derecho a saber no es un tema de interés colectivo, aunque a todos beneficia que las autoridades estén sujetas a controles institucionales y sociales. La lucha contra la corrupción y el abuso del poder requiere necesariamente de denuncia social, que parte justamente de la información objetiva y precisa del quehacer gubernamental.

La competencia por el poder se asocia a la lucha por la información. Es natural, todo régimen pretende legitimarse y socializar su visión del mundo y sus resultados. En un régimen democrático ocurre en el marco del debate; de autoridades que informan de manera objetiva, respetuosa del particular e imparcial; del respeto riguroso al ejercicio irrestricto de la libertad de expresión y de una cuidada aclaración en caso de inconformidad con lo expuesto por los medios, el derecho de réplica es propio de los particulares no de las autoridades. La autocracia ve en la prensa un objetivo y sólo será aceptable la afín o funcional; la prensa libre es un enemigo a combatir principalmente a través del dinero o desacreditando a líderes de opinión y a los medios. En democracia los medios no son enemigos, ni siquiera adversarios como alguna vez indebidamente calificó la presidenta Sheinbaum a Ciro Gómez Leyva.

El gobierno obradorista se empecina irrazonablemente en convencer que se ha alcanzado una mejoría sustantiva en todos los planos. Sí ha habido cambios asociados a las transferencias monetarias directas y a la recuperación del poder adquisitivo del salario mínimo, que ha implicado una reducción importante de la pobreza, sin alcanzar a la extrema. Pero no se pueden soslayar las graves insuficiencias y el fracaso en materia de salud, educación, corrupción, seguridad y crecimiento económico.

El recurso de la mañanera ha sido eficaz para modelar la aceptación social al régimen. Con frecuencia se vuelve un grosero acto de propaganda que simula un ejercicio de información. No sólo qué se dice, pregunta o responde, sino la manera como los medios, la mayoría privados, reproducen acríticamente falsedades oficiales. Sin escrutinio, se impone una visión, una interpretación de la realidad y una parcial editorialización de los hechos, eventos y acontecimientos.

Para la presidenta Sheinbaum la elección por voto popular de los juzgadores vuelve a México el país más democrático del mundo. Este autoelogio no se corresponde a los estándares en la materia, como lo presentara con claridad Sergio Sarmiento en su colaboración El más democrático del martes pasado. México ni siquiera califica como una democracia plena; ahora, con los cambios constitucionales el país ve degradado su régimen político y estará a la par de los países con régimen autocrático. La soberbia y el autoelogio son propios de los regímenes no democráticos. Es una pena que en los estudios comparativos el país sea calificado en los últimos lugres en muchos de los temas fundamentales. Sucedió en la gestión de la pandemia, donde el desempeño criminal de las autoridades costó la vida de cientos de miles de personas, entre ellas, personal médico. Para López Obrador el sistema de salud mexicano estaba en vías de superar al de Dinamarca.

El País ayer 1º de enero refiere al reporte 2024 de la ACLED (Armed Conflict Location & Event Data), una acreditada institución global de seguimiento de los conflictos armados y eventos violentos asociados en el mundo, que ubica a México como el cuarto país con el nivel de conflicto más extremo, solo por detrás de Palestina, Birmania y Siria.

Otro de los eventos a considerar es la respuesta de la presidenta Sheinbaum al reportaje del NYT -para López Obrador un pasquín inmundo- sobre la fabricación de fentanilo en Culiacán, al señalar que la información como se presenta no se corresponde a la realidad, señalando falsedad o falta de rigor del trabajo periodístico. El diario ratifica la veracidad y autenticidad de la información versus los otros datos de la presidenta.

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