José Luis Carrillo Ramos
Pues con la novedad de que la Arquidiócesis Primada de México está alertando a los Feligreses Católicos, por la presencia de falsos Sacerdotes, que aprovechando momentos de debilidad humana, lucran con la Fe,
para obtener beneficios económicos.
Peor aún, se tiene al menos un caso confirmado en la Ciudad de México, en donde un «falso Apóstol» llegó incluso a celebrar una Boda Religiosa.
Información confirmada de la Asociación Religiosa en la V Zona Pastoral San Pedro Apóstol, en Alcaldías como Benito Juárez y Coyoacán, es donde se ha registrado la presencia de estos Sacerdotes Piratas que se la pasan
repartiendo tarjetas de presentación a los asistentes a las Misas, y ofrecen sus servicios Religiosos a domicilio.
Muchos tienen familiares con diversas enfermedades que no les permiten acudir a los Templos de manera presencial, por lo que es aprovechado por estos «Vividores Espirituales» para ofrecer realizar la Eucaristía a domicilio, mediante un «donativo» de hasta dos mil pesos por visita.
La Iglesia Católica de México además de elevar la alerta, aclara que todos sus Sacerdotes deben contar con una credencial vigente, misma que les es renovada cada tres meses.
Aparentemente, uno de estos «vividores Espirituales» es originario de Sonora, por lo que ha sido calificado como «sacerdote dimitido», por lo que no tiene Licencia para ejercer el Ministerio Pastoral.
Tristemente no se descarta que sean jóvenes que NO terminaron su formación en los diversos Seminarios de México, y que, conocedores del Protocolo Católico, penosamente lucran con la Espiritualidad Humana, al conocer los respectivos mecanismos y la indumentaria requerida.
El colmo de los colmos…
¿Abrir las puertas de nuestros domicilios para dejar entrar a un farsante Espiritual a ofrecer la Comunión a nuestros familiares o amigos enfermos, o en situación terminal?
La verdad que qué poca mauser.
¿Habremos tocado fondo en la degradación Humana?
Lo cierto es que aquellos que lucren con la Gente aprovechando esos terribles momentos de debilidad, sin duda que:
Primero deberán pagar sus culpas ante las Leyes Humanas y después…
¡Deberán arder en el Infierno!
