domingo 24, noviembre, 2024

DOGMA DE FE

¿Estamos solos en el Universo? 

Marcos Durán Flores

Las observaciones astronómicas nos dicen que se estima que tan sólo en la Vía Láctea, la galaxia donde se ubica la Tierra, existen 100 mil millones de planetas. Qué podría haber dos mil millones de galaxias que albergan, a su vez, otros cientos de miles de millones de planetas. Son todas estas posibilidades infinitas las que nos llevan a pensar que existe o debería de existir vida inteligente más allá de la tierra. 

Esta pregunta, que por siglos se ha hecho la humanidad, ha intentado ser respondida por la ciencia. Fue Enrico Fermi, científico italiano ganador del Premio Nobel de Física, de quien hoy se cumple el aniversario de su muerte y quien postuló la idea de que si el Universo es tan grande, si existen millones de galaxias con planetas habitables con la capacidad de soportar la vida, si en algún lugar del Universo la vida evolucionó y existen civilizaciones avanzadas; y si, tal como se dice, las probabilidades de que existan son tan grandes y debería  existir vida inteligente, Fermi se Preguntaba, entonces: ¿dónde están?, ¿por qué nunca hemos escuchado de nadie?, ¿por qué no tenemos ninguna prueba? O, mejor dicho, ¿por qué no están aquí? 

A esto se le conoció como la Paradoja de Fermi y para responderla la ciencia ha dado soluciones posibles, algunas más desconcertantes que otras. La primera tiene que ver con las enormes distancias involucradas en el cosmos. Considere que los planetas habitables en nuestra propia galaxia pueden estar a miles de años luz de distancia, lo que hace la comunicación sea imposible. Para otras galaxias a millones de años luz de distancia, esto se vuelve aún más difícil para que las comunicaciones tengan lugar en el espacio-tiempo. 

También puede ser que no hayamos buscado lo suficiente. Hasta la fecha, la mayor parte de nuestra búsqueda de inteligencia extraterrestre la ha hecho el Instituto SETI, fundado un 20 de noviembre de 1984 y que se ha concentrado en territorios limitados; pero, hasta el momento, no se puede negar que es un poco desconcertante que sigamos sin encontrar nada. 

Una explicación a esto, es que somos demasiado primitivos, que hay formas de comunicación más avanzadas que aún no conocemos; y que tal vez las civilizaciones alienígenas están esperando que alcancemos cierto nivel de madurez tecnológica para contactarnos. 

Otra solución sugiere que hay un gran filtro en el Universo, en el que la vida inteligente se detiene, tal vez mediante la autodestrucción o por otras razones. Podría ser que seamos la primera especie en pasar este filtro y todas las demás civilizaciones inteligentes han sido destruidas, y citan la teoría de “Cuello de botella de Gaia”, que afirma que la vida es tan frágil que la mayor parte de ella simplemente no sobrevivió.  

Pero la última respuesta a la Paradoja de Fermi es también la más desconcertante: Estamos solos en este Universo y no hay nada ni a nadie allá afuera a quien encontrar. Que todo se debe a que la Tierra y la humanidad tuvieron un único golpe de suerte cósmico que ha permitido que aquí evolucione la vida. Y es que piénselo: nuestro planeta orbita a la distancia exacta del Sol, donde las temperaturas son lo suficientemente moderadas como para que podamos vivir.  

Que, aunque, todavía no tenemos una definición aceptada sobre cómo comenzó la vida en la tierra, ni cómo fue capaz de pasar de las células individuales a organismos complejos, la vida se abrió camino. Que de nuevo un golpe de suerte como el asteroide que aniquiló a los dinosaurios, permitió que los mamíferos se establecieran en el planeta, y de ahí, las circunstancias que dieron pie al surgimiento y evolución de los humanos. Todo esto sucedió para que se formara una civilización –la nuestra– que tiene apenas unos miles de años; una diminuta fracción del Universo de 13 mil 800 millones de años.  

Hablar de vida inteligente es comprometerme mucho. Así que hasta que encontremos vida en otra parte del Universo, estamos irremediablemente solos en la Tierra, un único, solitario y fascinante planeta que alberga vida. Terminaría citando al escritor de ciencia Sir Arthur C. Clarke: “Existen dos posibilidades: o estamos solos en el Universo o no lo estamos. Ambas son igualmente terroríficas”. 

@marcosduranf 

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