sábado 7, septiembre, 2024

Dogma de Fe 

Marcos Durán Flores

París 2024: Más alto, más rápido, más fuerte

Ni aun los antiguos griegos que soñaron con una forma de vida basada en la democracia, el conocimiento y un cuerpo saludable, llegaron a imaginar el impacto que los Juegos Olímpicos tendrían en la sociedad de estos días. Fue hace 2 mil 800 años que un pequeño grupo de atletas se reunió en el estadio de Olimpia, para competir en solo algunas modalidades deportivas. De acuerdo con la mitología griega, se trataba de honrar a Zeus por su victoria ante Cronos; otros dicen que fue por derrotar a Augias, rey de Elis. Se conoce que todas las competencias, a excepción de equitación, se celebrarán en el estadio olímpico y fueron deportes de pista, boxeo y lucha. La Olimpiada coincidía con la luna llena después de iniciado el solsticio de verano y todos los deportes se practicaban sin ropa y los pies descalzos. 

En ese tiempo se excluía a las mujeres de participar y ni siquiera asistir como espectadoras. La prueba que al igual que hoy cerraba los juegos era el maratón, competencia que conmemora el heroísmo de Filípides que al triunfo de los griegos ante los persas en la batalla del Peloponeso, corrió los 42 kilómetros de distancia entre Maratón y Atenas para dar a conocer la noticia y al llegar morir de cansancio para antes exclamar: Nike (victoria). La distancia del maratón sé amplío arbitrariamente en 1908 en 195 metros en los juegos olímpicos de Londres, para que el Rey Eduardo VII y la Reina Alexandra pudieran ver fácilmente la línea de meta desde el palco real.

Siglos después, tras la conquista romana, el emperador Teodosio abolió los Juegos, pues convertido ya al cristianismo, el imperio consideraba inmoral cualquier culto diferente a Jesús, entre ellos al físico, espíritu original de la Olimpiada.

Tuvieron que pasar casi 2 mil años, para que el barón francés Pierre de Coubertin recuperara la tradición griega. Lo hacía con el propósito de reforzar con el deporte los lazos entre la humanidad. Así, en 1896 se celebraron los primeros Juegos Olímpicos de la era moderna y fueron nuevamente en Atenas, Grecia. De entonces a la fecha, solo las dos guerras mundiales han sido capaces de impedir su celebración, en 2020, la pandemia de COVID-19 los retrasó un año, pero a excepción de eso, la llama de Olimpia siempre ha sido encendida en el altar de Zeus.

Pero para sobrevivir, el movimiento olímpico tuvo en algún momento que acudir ante los intereses comerciales. Y es que los costos de organización para la edición 2024 de París, se estiman en  4,380 millones de euros para organizarlos. 

Para recuperar esta inversión, los patrocinadores son esenciales para convertir a los Juegos Olímpicos en el espectáculo más grande del mundo, que logre atraer no solo a los mejores atletas y turistas, sino también a millones de televidentes. La información disponible dice que el Comité Olímpico Internacional recaudó más de la mitad de esto en patrocinios. Hoy son las corporaciones globales como Nike, Coca Cola, Airbnb, Alibaba, Allianz, Atos, Bridgestone, Deloitte, Intel, Omega, Panasonic, Procter & Gamble, Samsung, Toyota, Visa,  quienes pagan parte de los juegos, algo muy distinto a lo que algún día soñó Pierre de Coubertin. Según los datos disponibles, tan solo los derechos televisivos costaron 750 millones de euros. Al final, y como sucede en cualquier actividad humana, el mundo de los negocios controla los Juegos Olímpicos. 

Desde su nacimiento, han pasado dos milenios, dos guerras mundiales, dos pandemias, la creación de la ONU, la caída del comunismo, dictadores, imperios enteros que desaparecieron como el Otomano y el Austrohúngaro, pero los juegos olímpicos no se detienen y han podido ir más lejos, llegar más alto y ser más fuertes que los conflictos de los humanos. Hoy, a pesar de todo, siguen siendo un gran evento, una conmemoración que inspira a generaciones. Han pasado 128 años del discurso inaugural del rey Jorge de Grecia, que en los primeros juegos olímpicos de la era moderna dijo: “Declaro abiertos los Primeros Juegos Olímpicos Internacionales” y al final remató: “Lo esencial en la vida no es vencer, sino luchar bien”. 

@marcosduranfl

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