lunes 25, noviembre, 2024

DOGMA DE FE

Marcos Durán Flores

¿Pueden pensar las máquinas?

Alan Turing, el genio matemático que fue figura central en el desarrollo de las computadoras y que hizo una importante contribución a su país en la Segunda Guerra Mundial hackeando “Enigma”, la máquina de codificación de la Alemania nazi y que gracias a Turing se descifraron  los códigos secretos de la Alemania nazi y con ello acelerar su caída y el fin de la guerra, fue un científico inglés pionero de la computación que egresó como matemático de la Universidad de Cambridge y obtuvo su doctorado en Princeton, instituciones a las que marcó con sus ideas. Claramente adelantado a su tiempo, en 1950, cuando la computación estaba en sus albores y el término de inteligencia artificial aún no se acuñaba Turing ya se hacía una pregunta: ¿Pueden pensar las máquinas? Este criptógrafo y filósofo nacido en la India, entonces colonia inglesa, trabajó en el primer programa de computadora.

Hace más de 50 años, Turing propuso una prueba que lleva su nombre para determinar si las máquinas eran capaces de pensar. Aplicando un método para medir la inteligencia de los aparatos a los cuales retaba a “imaginar”, el test de Turing consistía en juzgar si el ser humano podía distinguir la diferencia entre las respuestas de un ser humano y la máquina. La prueba fue un fracaso, pero se convirtió en la base de un enorme avance tecnológico porque el sueño de Turing, era que, en un futuro cercano, la inteligencia humana pudiera crear robots capaces de pensar, razonar e imaginar por sí mismos. Robots capaces de tener conciencia.

Alan Turing, una de las mentes más brillantes de la historia, anhelaba construir “una máquina para pensar” pues lo obsesionaba crear robots inteligentes mantenidos a perpetuidad, ya que la inevitable mortalidad del hombre limitaba la capacidad humana de explorar y migrar en largos viajes en una campaña que algún día será necesaria para expandirnos más allá del planeta. Pero este proceso nos ha tomado mucho tiempo. Los pronósticos de los creadores de la inteligencia artificial, hace casi 50 años, eran que para existieran ya, robots que sustituyeran las funciones del ser humano más allá de las aplicaciones industriales y algunas labores del hogar. Del primero, los robots se utilizan en la manufactura hace poco más de 25 años. En el segundo, la robótica no ha pasado de aspirar alfombras, lavar pisos, albercas o que Siri marque por nosotros algún teléfono o que ChatGPT haga alguna tarea por nosotros.

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