miércoles 25, septiembre, 2024

DOGMA DE FE

Marcos Durán Flores

Nos hicieron creer

La madrugada del 9 de diciembre de 1980, mi madre, que en ese tiempo era jefa de Redacción de un periódico en Monclova, recibió a través del télex – extraño y primitivo aparato- pero que en su momento fue una especie de precursor del Twitter, con noticias en tiempo real, una terrible y triste noticia y que decía: John Winston Lennon fue asesinado a las 10:49 de la noche del 8 de diciembre al llegar a su departamento en la calle Dakota, frente al Parque Central en Nueva York. Mi madre al llegar a casa me despertó y llorando me dijo: “Marcos, mataron a John Lennon”, yo tenía 9 años.

Lo que siguió para el mundo fue conmoción y dolor. Lennon, líder del grupo musical más famoso de la historia, había conectado con cientos de millones de personas en gran parte a fuerza de su individualidad, de su estilo de confrontación, algo que la mayoría admiraba y que parecía ser el reflejo de toda una generación: el rechazo a lo establecido.

Moría, pero nacía el mito: Lennon mártir, Lennon el genio, Lennon el talento detrás de Los Beatles, Lennon el artista de vanguardia, Lennon el que oraba por la paz mundial.

Pero Lennon era también como usted y como yo. Lleno de contradicciones, personaje complejo, contradictorio, capaz de un gran idealismo, pero injusto, como lo fue con su primera esposa y su hijo, Julián.

El que polarizaba por sus posiciones políticas y campañas a favor de la paz, esas que le atrajeron problemas y fama. Memorable aquel episodio en contra de la guerra de Vietnam, demandando el final del absurdo conflicto desde la cama del Hotel Hilton de Ámsterdam en la campaña “En la cama por la Paz”. O aquellos carteles que imprimió en diciembre de 1969 que decían: “La guerra ha terminado (si usted así lo desea) ¡Feliz Navidad de John y Yoko!”. El hombre que aseguraba que, como la canción de Los Beatles, para resolver todos los problemas del mundo “Todo lo que necesitas es amor”.

El “extranjero indeseable” que provocó al establishment norteamericano que no quería dar “Una oportunidad a la paz”, que lo enfrentó a J. Edgar Hoover y Richard Nixon y que terminó en el juicio EU vs Lennon, intento de la ultraderecha por deportar al músico británico.

Han pasado 43 años de su muerte y es poco conocida una grabación que se atribuye a Lennon y que tiene como nombre “Nos Hicieron Creer”. Se trata de un manifiesto para las generaciones que aún soñamos en que un mundo mejor y ser libres es posible y del cual comparto el texto: “Nos hicieron creer que el ‘gran amor’ solo sucede una vez, generalmente antes de los 30 años. No nos contaron que el amor no es accionado, ni llega en un momento determinado.

Nos hicieron creer que cada uno de nosotros es la mitad de una naranja, y que la vida solo tiene sentido cuando encontramos la otra mitad. “No nos contaron que ya nacemos enteros, que nadie en nuestra vida merece cargar en las espaldas la responsabilidad de completar lo que nos falta. Las personas crecen a través de la gente. Si estamos en buena compañía es más agradable. Nos hicieron creer en una fórmula llamada ‘dos en uno’: dos personas pensando igual, actuando igual… ¡Qué era eso lo que funcionaba!

“No nos contaron que eso tiene un nombre: anulación. Que solo siendo individuos con personalidad propia podremos tener una relación saludable. Nos hicieron creer que casarse es obligatorio y que los deseos, fuera de eso, deben ser reprimidos.

“Nos hicieron creer que los lindos y flacos son más amados. Nos hicieron creer que solo hay una fórmula para ser feliz, la misma para todos, y que los que escapan de ella están condenados a ser marginados. No nos contaron que estas fórmulas están equivocadas, frustran a las personas, son alienantes, y que podemos intentar otras alternativas.

“Ah, tampoco nos dijeron que nadie nos iba a decir todo esto: cada uno lo va a tener que descubrir solo. Y entonces, cuando estés ‘enamorado de ti mismo’ podrás ser feliz y te enamorarás de alguien. Vivimos en un mundo donde nos escondemos para hacer el amor, aunque la violencia se practica a plena luz del día”.

Lennon, el activista por la paz, nos hizo creer que solo el amor era suficiente para la paz, aunque en los días finales de su vida corregiría esa afirmación diciendo: “Todo lo que necesitas es amor. Pero no creo que con decirlo baste”. Y tenía razón, pues lo mataron de cinco tiros por la espalda.

@marcosduranf

Compartir en: