Cortés, Moctezuma y la Conquista
Marcos Durán Flores
Han pasado apenas 500 años desde aquel 8 de noviembre de 1519, fecha en que Moctezuma y Hernán Cortés se encontraron por primera vez a las puertas de la entonces metrópoli de Tenochtitlán.
Cortés, al mando de un ejército de apenas 400 hombres y con el auxilio de tribus enemigas de los mexicas como tlaxcaltecas, chalcas, tezcocanos y otomíes, avanzó desde Veracruz hasta llegar a la capital del imperio precolombino más grande de América.
Moctezuma recibe en paz a los invasores, convencido de que estaba ante la presencia de dioses, por lo que personalmente les abre la puerta del Imperio y diciendo a Cortés: “Señor nuestro: te has fatigado, te has dado cansancio: ya a la tierra has llegado. Has arribado a tu ciudad México”.
Para el Tlatoani, todo se trataba de una señal del cielo. Primero fue un cometa que cruzaba el cielo de Tenochtitlán. Después, se presentó el incendio del templo de Huitzilopochtli; más tarde y sin lluvia que lo anunciara, un rayo fulminó al templo de Xiutecuhtli. Para un hombre lleno de dogmas y prejuicios como él, esta serie de eventos “inexplicables” era solo una señal de que el Imperio estaba por caer y que todo lo que se hicieran para rescatarlo era inútil.
Así que decide mejor granjearse la simpatía y confianza de Cortés y sus tropas y les envía máscaras, collares, pendientes, escudos, sandalias, orejeras, penachos y capas elaboradas con base en turquesa, concha fina y piedras preciosas. Los enviados recibieron a cambio disparos, “la fuerza de los dioses” con bocas que lanzaban fuego, cañones montados en lo que ellos creían, eran una clase distinta de venados, pero que eran caballos. De nuevo la confirmación para el emperador de que estaban ante la presencia de los hijos de Quetzalcóatl, los hijos de los dioses.
Finalmente, Cortés y sus tropas llegaron a la gran Tenochtitlán sin disparar un solo tiro y tomaron la ciudad ante un ejército mexica que hasta entonces había entregado todo sin pelear. Al entrar, quedaron maravillados por las obras de ingeniería. La civilización azteca era un modelo de organización social avanzada, un pueblo fiero que muy pronto cayó ante la debilidad y fanatismo de Moctezuma.
Hernán Cortés hace preso a Moctezuma con el pretexto de convertirlo al cristianismo. Se acercaba la gran fiesta de Tóxcatl, en honor de su dios Huitzilopochtli, celebración que reunió a todos los guerreros y sacerdotes y a lo mejor del pueblo. Salvajemente, son aniquilados por los españoles, despertando la indignación generalizada, por lo que en represalia persiguen a los invasores hasta el palacio del emperador, que intenta calmar los ánimos, pero es asesinado de una pedrada.
Vino después el exterminio sistemático y más allá de toda razón de toda una civilización. Se estima que por aquel entonces murieron 240 mil aztecas y el resto del trabajo lo hicieron la peste y la viruela traída por los españoles que terminaron por matar alrededor de tres millones de indígenas más.
Pasaron casi 300 años de dominio español para encender de nuevo la lucha libertadora de Hidalgo y Morelos. El Imperio español, que había dominado la mayor porción de territorio en el mundo, se fue pudriendo por dentro, y le bastaron 10 años de disputas con franceses y la rebelión de sus territorios conquistados para que, en un término de 10 años, terminara derrumbándose solo.
Durante la conquista habría sido muy fácil derrotar a los intrusos, pues se trataba de 400 españoles en contra de 300 mil mexicas, pero estos casi ni se defendieron esperando que Quetzalcóatl diera cuenta de los invasores con rayos y centellas. Sobra decir que la ayuda celestial jamás llegó.
Existe una teoría que apuesta a que de no haber sido conquistados y exterminados por Cortés y su ejército, México hubiera alcanzado por sí solo un desarrollo que en estos momentos nos tendría a la vanguardia entre los países. No coincido del todo, pues cuatro mil años antes, la rueda y otros avances de la civilización ya habían sido inventados o descubiertos en Europa y aunque teníamos avances notables, aún, al igual que 500 años después, los retrasos eran más fuertes.
Lo que sí podemos saber es que la conquista arrasó no solo con miles de personas, sino con el espíritu de una gran raza y de eso, tal parece que no terminamos de levantarnos.
@marcosduranf