La cuestión indígena debe ser más que una bandera de campaña
José Vega Bautista
Ahora que en el ambiente político electoral ha surgido, al menos en el discurso, el interés por la reivindicación de las causas indígenas, deseo compartir un texto incluido, por el General Lázaro Cárdenas del Río, en su mensaje póstumo de 1970.
En su diagnóstico, el General Cárdenas señaló: “Los pueblos indígenas que habitan en distintos lugares de la República, a pesar de la diversidad del medio en que viven y de las características que los distinguen, tienen todos en común su estado de atraso y abandono y la explotación de que son objeto”.
“Después de décadas puede repetirse, sin variaciones, lo que se dijo de los indígenas y su condición, pues, a pesar de algunos esfuerzos esporádicos hechos en su favor, la situación que guardan sigue siendo muy deprimente”.
“En el año de 1940, al inaugurar el Primer Congreso Indigenista Interamericano, entre otros aspectos de la situación de la población indígena, se manifestó: México tiene entre sus primeras exigencias, la atención del problema indígena y, al efecto, el plan a desarrollar comprende la intensificación de las tareas emprendidas para la restitución o dotación de tierras, bosques y aguas; crédito y maquinaria para los cultivos; obras de irrigación; lucha contra las enfermedades endémicas y las condiciones de insalubridad; combate a los vicios, principalmente al de la embriaguez; impulso de los deportes; fomento de las industrias nativas; acción educativa, extendida a los adultos, en una cruzada de alfabetización, de conocimientos básicos para mejorar los rudimentarios sistemas de producción…”
“No es exacto que el indígena sea refractario a su mejoramiento, ni indiferente al progreso. Si frecuentemente no exterioriza su alegría, ni su pena, ocultando como una esfinge el secreto de sus emociones, es que está acostumbrado al olvido en que se le ha tenido; cultiva campos que no compensan su esfuerzo; mueve telares, que no lo visten; construye obras que no mejoran sus condiciones de vida; derroca dictaduras para que nuevos explotadores se sucedan, y, como para él, solo es realidad la miseria y la opresión, asume una actitud de aparente indiferencia y de justificada desconfianza”.
“La fórmula de ‘incorporar al indio a la civilización’, tiene todavía restos de los viejos sistemas que trataban de ocultar la desigualdad de hecho… lo que se debe sostener es la incorporación de la cultura universal al indio, es decir, el desarrollo pleno de todas las potencias y facultades naturales de la raza, el mejoramiento de sus condiciones de vida, agregando a sus recursos de subsistencia y de trabajo, todos los implementos de la técnica, de la ciencia y del arte universales, pero siempre sobre la base de la personalidad racial y el respeto de su conciencia y de su identidad. El programa de emancipación del indio es en esencia, el de la emancipación del proletario de cualquier país, pero sin olvidar las condiciones especiales de su clima, de sus antecedentes y de sus necesidades reales palpitantes”.
“Para mejorar la situación de las clases indígenas, se pueden trazar los lineamientos de una campaña que debe ser realizada por una serie de generaciones y un conjunto de gobiernos que estén inspirados por una finalidad común”.
En esta época en la que los equipos de campaña de los diferentes frentes políticos se encuentran elaborando propuestas de planes y programas de gobierno, es pertinente la revisión de textos como el contenido en el mensaje póstumo del General Cárdenas, para que no partan de cero tanto en su diagnóstico como en su desarrollo y pronóstico.
La lucha contra la pobreza y la exclusión social debe contar con un gran apartado que contenga las verdaderas reivindicaciones indígenas, partiendo de la premisa que dice que la exclusión social se asocia al acceso precario y, en los casos más graves, a la falta de derechos y condiciones que constituyen la ciudadanía plena.
@Pepevegasicilia