Claudia Shainbaum: Presidenta sin rompimiento
José vega Bautista
Desde la era del sistema de partido hegemónico, hasta incluso en los periodos gobernados por los partidos opositores al Revolucionario Institucional, la transición en el Poder Ejecutivo, es decir en el poder presidencial, se daba bajo un esquema de rompimiento con el sucesor inmediato.
Como si al iniciar el nuevo gobierno iniciara un nuevo país; dejando atrás planes, programas y proyectos, y reiniciando la vida pública desdeñando la experiencia acumulada por la anterior administración. Ejercicio que, entre otras cosas, no facilitaba la planeación a mediano y largo plazo, limitándose a un horizonte sexenal, en la mayoría de los casos.
En el arranque de la presente administración, la Presidenta Claudia Sheinbaum ha dado señales que no seguirá con aquella tradición política administrativa.
Por ejemplo, en el evento de inauguración de la ampliación y modernización de la autopista Tuxtla Gutiérrez-San Cristóbal de las Casas, la presidenta reiteró su postura al señalar: “Cuando estuve aquí en campaña dijimos siempre que se definían dos temas principales en la elección del 2024: El primero era la continuidad de la Transformación, de la Cuarta Transformación de la Vida Pública. Y el segundo dije: es Tiempo de ¡Mujeres!”
Y explicó que continuar con la Cuarta Transformación significa seguir con los principios de ese movimiento que viene desde hace muchos años, “los principios que nos llevaron a la lucha a que el Presidente López Obrador llegara en el 2018”.
En seguida, definió esos principios: El primero, “Por el bien de todos, primero los pobres”. Es un principio solidario, fraterno, que caracteriza al pueblo de México. “Nosotros no dejamos a nadie atrás, siempre le damos la mano al más humilde, al que sufre, eso hacemos las familias mexicanas y eso hacemos entre todos y entre todas”.
La Presidenta señaló que esa máxima del pueblo de México se llevó al gobierno; “el gobierno que encabezó López Obrador, con ese principio mostró, no solamente que es justicia social, sino que además da resultados: disminuyó la pobreza, disminuyeron las desigualdades, creció el país, aumentaron los empleos. Fíjense, somos de los países de todo el mundo con menos desempleo, y es que el presupuesto público se destina a apoyar al pueblo de México”.
Y para dejar en claro la continuidad, Sheinbaum anunció: “El próximo año los Programas de Bienestar van a representar más de 800 mil millones de pesos dedicados directo a las familias de mexicanos y mexicanas. Ningún país del mundo hace eso, ninguno”.
La primera mandataria argumentó que se ha demostrado que no solamente se apoya al que menos tiene, sino que, además, da resultados; que cuando se apoya al que menos tiene, entonces la economía florece desde abajo; es como un árbol. “Antes decían los neoliberales: ‘si se riega arriba, algún día goteará abajo’; pues ya sabemos que cuando se riega desde arriba nunca llega abajo. Ahora, se riega la economía desde abajo, desde el pueblo. Por eso, somos gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo”.
El segundo principio: “No puede haber gobierno rico con pueblo pobre”. Eso significa cero tolerancia a la corrupción, el recurso del pueblo es para el pueblo.
“Los impuestos que paga el pueblo es para regresárselos al pueblo de México. Y significa que las y los gobernantes debemos vivir en la justa medianía, que nada de utilizar los recursos públicos para beneficio personal, eso le hizo mucho daño a nuestro país, y eso ya quedó en el pasado.
Y el pueblo es el principal vigilante de que sus gobernantes se comporten con base en ese principio, que es un principio juarista: “No puede haber gobierno rico con pueblo pobre”.
Y el tercer principio: “Con el pueblo, todo; sin el pueblo ¡Nada!”
Así lo explicó: “Por eso, nos sostuvimos, defendimos la reforma constitucional al Poder Judicial de la Federación. Por eso, el próximo 1o. de junio de 2025 el pueblo de México va a elegir a jueces, magistrados, ministros y ministras de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Tanto que dijeron de la reforma al Poder Judicial, que “eso era autoritarismo”. ¡Cómo va a ser “autoritarismo” que el pueblo elija! Todo lo contrario, vamos a ser, quizá, el único país del mundo que elija al Poder Ejecutivo, al Poder Legislativo y al Poder Judicial; y vamos a ser ejemplo, México es ejemplo y va a seguir siendo ejemplo ante todo el mundo.
Por eso, vamos a seguir gobernando con esos principios: “Con el pueblo, todo; sin el pueblo, nada”.
“Somos gobierno del pueblo. ¿Qué más significa la continuidad de la Transformación? Significa mantener, continuar, fortalecer todos los Programas de Bienestar, que ya son derechos constitucionales: el apoyo a los y las adultas mayores desde 65 años ya es constitucional; el apoyo a los jóvenes de preparatoria pública, universal, es constitucional; el programa Sembrando Vida, ya es constitucional”.
Todos los programas de Bienestar se mantienen. Pero no nos vamos a quedar ahí, hay tres programas nuevos: El primer programa, el apoyo a mujeres de 60 a 64 años de edad; el segundo programa de Bienestar es Beca Universal para todos los Niños y Niñas que van a escuela pública y el tercero es “Salud Casa por Casa”.
Ese, afirmó la presidenta, será “El Segundo Piso de la Cuarta Transformación, porque el Presidente López Obrador puso los cimientos, el primer piso, y a nosotros nos toca construir el segundo piso, juntos y juntas, entre todos y entre todas”.
Claudia Sheinbaum, con esa claridad, pone fin aquella práctica de rompimiento con el sucesor, así es que el esquema de análisis ya no podrá partir de los antiguos referentes, no tiene caso insistir en ello.
Decía Doña Rosario Castellanos: “La mujer debe romper con los modelos que la sociedad le impone para alcanzar una imagen auténtica y buscar siempre elegirse a sí misma”.
@Pepevegasicilia