Adicciones y narcotráfico, un problema multifactorial que requiere una solución multilateral
José Vega Bautista
El próximo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, afirmó este domingo que declarará a los cárteles del narcotráfico como organizaciones terroristas extranjeras cuando asuma el poder el próximo 20 de enero.
«Todos los miembros de pandillas extranjeras serán expulsados y designaré inmediatamente a los cárteles como organizaciones terroristas extranjeras. Lo haré de inmediato», declaró durante un foro de la organización ultraconservadora Turning Point en Phoenix (Arizona).
El republicano, que ya gobernó el país entre 2017 y 2021, volvió a acusar a otros países de enviar a Estados Unidos a sus «narcotraficantes» y afirmó que «toda esta red criminal que opera en suelo estadounidense será desmantelada, deportada y destruida».
Trump hizo estas declaraciones tras comentar el caso de Aurora, una ciudad de Colorado donde, según el mandatario electo, hay presencia de miembros de la banda trasnacional de origen venezolano Tren de Aragua.
Además, el ala dura del Partido Republicano pide desde hace tiempo considerar a los narcotraficantes como terroristas e intervenir militarmente en territorio mexicano para combatirlos, una línea roja para el Gobierno de México, que advierte que defenderá su soberanía.
Durante su discurso, Trump dijo que la presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, es una «mujer encantadora», pero insistió en que México debe frenar el tráfico de drogas en la frontera.
«Fui muy duro con México. Hablé con la nueva presidenta, una mujer que fue encantadora y maravillosa, la presidenta Sheinbaum, pero le dije: ‘No pueden hacerle esto a nuestro país'», declaró.
El republicano se refería a la llamada que tuvo en noviembre con Sheinbaum después de haber amenazado con aranceles del 25 % a México y a Canadá si sus gobiernos no frenan la llegada de migrantes y drogas a Estados Unidos.
Trump señaló que miles de personas mueren cada año por sobredosis de drogas, especialmente por fentanilo, y subrayó: «He informado a México que esto no puede continuar».
«Las familias están siendo destruidas y vamos a detenerlo. No vamos a permitir que eso suceda», apuntó Trump, quien anunció que su Gobierno lanzará grandes campañas publicitarias para advertir a los ciudadanos sobre el peligro del consumo de estupefacientes.
México suele insistir en que Estados Unidos debe atender la demanda interna de drogas como un problema de salud pública en lugar de enfocarse solo en el tráfico en la frontera. (eluniversal.com.mx)
Luego que el presidente electo Donald Trump adelantó que declarará a los cárteles del narcotráfico como organizaciones terroristas, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, aseguró que no va a aceptar «injerencismos» en el país.
La mandataria federal dijo que México colabora, está en coordinación, y trabaja en conjunto con Estados Unidos, pero que «nunca nos vamos a subordinar».
«Allá se consume la droga, principalmente, de allá vienen las armas, y aquí ponemos las vidas, eso no. Nosotros colaboramos, coordinamos, trabajamos juntos, pero nunca nos vamos a subordinar. México es un país libre, soberano e independiente. Y no aceptamos injerencismos en nuestro país».
La titular del Poder Ejecutivo comentó que lo que hay es colaboración, coordinación, «pero no es subordinación».
Y aseguró que se avanzan los trabajos para construir la paz en el país, ya que el objetivo es atender las causas que generan la violencia y que ningún joven tenga que acercarse a la violencia o a un acto delictivo. (eluniversal.com.mx)
Mientras esta discusión se da, lo que me parece pertinente es el establecimiento de una política pública encaminada a atender las causas del fenómeno en los países involucrados y buscar soluciones multilaterales.
Soluciones efectivas ya que como bien señala el periodista Juan Pablo de Leo, “el consumo de drogas ha prevalecido en la sociedad estadounidense desde mediados de 1880, cuando la morfina se comercializaba entre los consumidores como medicamentos curativos, pero la Ley de Exclusión del Opio para Fumar de 1909, dirigida a los inmigrantes chinos, prohibió la importación y el uso de opio para fumar”.
De ahí, el gobierno del país norteamericano ha establecido numerosas acciones para combatir ese flagelo; sin embargo, dice Leo, “lejos de funcionar, las leyes y políticas públicas han aumentado las detenciones y población carcelaria, mientras que los números de adictos han ido en aumento. Según el Centro Nacional de Estadísticas sobre el Abuso de Drogas (NCDAS), casi 32 millones de personas (el 11,7 % de la población) consumían activamente drogas a partir de 2021, siendo la marihuana, los estimulantes y analgésicos recetados y las metanfetaminas las drogas más populares.
Agregando el consumo de alcohol y tabaco, más del 60% de la población de los Estados Unidos usan activamente algún tipo de sustancia”.
Según las mismas cifras del NCDAS, 2.9 millones de personas en Estados Unidos consumen marihuana, 2.9 millones analgésicos recetados, 2.2 millones anfetaminas, 2.1 estimulantes recetados, 957 mil heroína, 638 mil cocaína y 319 mil sedantes recetados. Todos aquellos que son recetados, tienen un potencial de ser abusados y consumidos posteriormente en el mercado negro.
Según datos oficiales, citados por el periodista, el consumo de drogas ha aumentado considerablemente entre las personas de 50 años o más.
“Puede ser una sorpresa para muchos, que imaginarían el consumo de drogas como un problema entre las generaciones más jóvenes. El uso excesivo de alcohol en la universidad está bien documentado y es ampliamente conocido. Drogas como la marihuana y los medicamentos recetados son otras sustancias con las que los estudiantes tienden a experimentar durante sus años universitarios”.
“Los jóvenes y adultos que no tienen habilidades para atender su salud mental recurren al uso de sustancias para lidiar con los factores estresantes que los rodean. El ejército y los veteranos sufren de trastorno de estrés postraumático después de regresar para automedicarse con drogas ante el abandono del Estado. La pandemia empeoró los problemas sociales existentes desde hace mucho tiempo y los estadounidenses sienten cada vez más la presión causada por problemas como la violencia armada, el racismo, la injusticia social y la polarización”.
El analista concluye que “lo que en algún momento fue motivo de orgullo ante la riqueza y las libertades, hoy se ha convertido en un problema multifactorial que es ya parte integral de las fibras sociales de los Estados Unidos que ve hacia afuera las soluciones que no puede encontrar adentro a medida que el sueño americano se va esfumando y las oportunidades se limitan. El fenómeno no es nuevo, pero las preguntas al problema siguen sin cambiar.” (eleconomista.com.mx)
@Pepevegasicilia