El “desaire” de la ministra
Héctor Reyes
El domingo pasado, en el Teatro de la República de Querétaro, donde se realizó la ceremonia por el 106 aniversario de la promulgación de la Constitución Política de 1917, la ministra presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) fue acusada de “romper el protocolo”.
A la llegada de López Obrador, Norma Piña no se levantó de su asiento como todos los presentes para recibir al Presidente de la República, aunque sí lo hizo cuando se pidió rendirle honores como titular del Ejecutivo.
Además, durante su participación en la ceremonia, Piña plantó cara al ejecutivo federal y aseveró que la independencia de los jueces no es un privilegio, sino “la garantía de imparcialidad en beneficio de la sociedad”.
El lunes durante la mañanera, López Obrador no perdió oportunidad de recordar que la ministra no se levantó para recibirlo, pero aseguró que le daba mucho gusto porque antes los “ministros de la Corte eran empleados” del Presidente.
El presidente Andrés Manuel López Obrador aseveró que es gracias a él que la ministra Norma Piña está al frente de la Suprema Corte porque, afirmó, hay independencia entre poderes, antes “el Presidente (de la República) ponía y quitaba a su antojo al presidente de la Corte.
“Es importante la separación de poderes. ¿Imaginan el cambio que significa? La señora presidenta de la Corte, para hablar en plata, está por mí de presidenta”, sostuvo el ejecutivo federal.
Esta fue la segunda vez en la semana, después de lo ocurrido en Querétaro, que Obrador habla sobre la independencia de poderes y de Norma Piña, considerada como una ministra no afín al gobierno de la Cuarta Transformación.
De acuerdo con el Presidente, México vive un “momento extraordinario” porque hay una verdadera independencia de los Poderes de la Unión y ello “nos hace libres” para poder hablar.
“Estamos viviendo un momento extraordinario. ¿Por qué?, porque nos hace libres. Si se tienen empleados en la Corte y hay corrupción de jueces, ¿yo me tengo que quedar callado?
Entonces, si somos independientes (entre los Poderes) podemos hablar, de por sí a mí no me gusta ser tapadera de nadie”, refirió López Obrador.
La aseveración de López Obrador llega en una semana, después de que el equipo del mandatario criticara el gesto de Piña de no levantarse ante el presidente en un acto del fin de semana por el 106 aniversario de la Constitución.
Para tener en contexto, el nombramiento de cualquier presidente de la Suprema Corte se decide de forma interna por el pleno del alto tribunal. Los 11 ministros votan durante varias rondas hasta que uno de ellos alcanza seis votos, los mínimos para resultar elegido. En esta ocasión se presentaron cinco candidatos y a Piña le bastaron solo tres rondas para conseguir los apoyos necesarios. Funcionaria de carrera, jueza durante más de 30 años, fue elegida como Presidenta de la SCJN el 2 de enero de este año.
Es la primera mujer en 200 años en llegar a ese cargo. La jueza fue clara desde el inicio de su presidencia en que mantener la independencia judicial iba a ser una de sus prioridades.
Piña era la candidata más incómoda para López Obrador, firme en poner límites al poder presidencial, es la ministra que más ha votado en contra de los proyectos del Gobierno en estos últimos tres años. Así rechazó la reforma eléctrica, el padrón telefónico o varios temas relacionados con la austeridad del Ejecutivo, aunque, por ejemplo, dio su voto a favor de la militarización.
López Obrador quien se dice, tenía como candidata favorita a Yasmin Esquivel, la cual estuvo envuelta en el escándalo de su tesis en la UNAM, aprovechó el nombramiento de Norma Piña para jactarse de la separación de poderes.
Veamos en que acaba esta “nueva” relación entre la SCJN y el Presidente López Obrador.
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