Héctor Reyes
Las redes sociales en los menores, peligro constante
Las redes sociales aportan beneficios a los usuarios que las utilizan, pero también pueden ser peligrosas para los menores de edad.
Si no se usan de forma adecuada, estas herramientas pueden poner en riesgo la privacidad, reputación e incluso la seguridad física y mental de niños y adolescentes. En internet, me dí a la tarea de buscar los peligros más comunes a los que se enfrentan los jóvenes cuando se conectan a las redes sociales.
Cuando se trata de proteger a los menores en redes sociales, hay que tomar en cuenta que hay muchos peligros a los que niños y adolescentes se enfrentan.
En muchos casos los jóvenes no cuentan con los conocimientos o las herramientas que necesitan para reportar posibles abusos a su privacidad o seguridad online.
Las redes sociales son terreno fértil para el ciberacoso por parte de adultos con malas intenciones.
El anonimato en internet facilita que los pedófilos y otros criminales entren en contacto con los jóvenes o que a través del robo de identidad y se hagan pasar por alguien del círculo familiar cercano. Estos individuos pueden ganarse la confianza de los menores o engañarlos para compartir datos personales o contenido íntimo. Detrás de un perfil amistoso en Instagram, siempre puede esconderse un criminal con intenciones de atacar a un menor.
Si observas cambios repentinos en el estado de ánimo del menor, investiga la causa con empatía y comprensión.
Hay que hablar con nuestros hijos de forma abierta sobre los peligros de las redes sociales y cómo pueden protegerse, es una de las principales recomendaciones. Es crucial que tanto padres como educadores conciencien a los menores sobre la pedofilia o el ciberbullying en internet. De esta forma, se va a poder reaccionar a tiempo y ponerse a salvo.
Las redes sociales son una especie de parque de diversiones donde los delincuentes buscan víctimas para realizar estafas online, phishing y robar la identidad online.
Si un menor de edad hace clic en un link malicioso, corre el riesgo de comprometer su información personal.
El phishing, que es un ataque informático que consiste en engañar a las personas para que revelen información personal y puede presentarse en forma de mensajes masivos o spam que incluye enlaces peligrosos con el objetivo de obtener datos confidenciales sin que el niño o la niña se de cuenta.
Otro ejemplo ocurre cuando un adolescente recibe spam o mensajes falsos en Instagram o TikTok sobre descuentos en marcas de moda.
Por esta razón, es fundamental que les enseñes a no abrir publicaciones de dudosa reputación y a mantenerte siempre alerta sobre las mayores amenazas online que los delincuentes usan año a año, ya que estos las mejoran con tácticas cada vez más sofisticadas.
Como adulto, debemos supervisar qué tipo de contenido consume tu hijo en redes sociales. ¿Conoces los perfiles que sigue? ¿Sabes qué ideas se transmiten en los videos que le gusta ver?…
Las redes sociales tienen una edad mínima legal para su uso: 13 años en X y Snapchat, 14 años en Facebook, 16 años en Instagram y YouTube, y 18 años en LinkedIn y WhatsApp. Sin embargo, estas normas no siempre se cumplen, y a veces por razones que van más allá del control de los padres y madres de familia. Por ejemplo, cualquier smartphone Android trae la app de WhatsApp preinstalada.
Actualmente hay un debate constante entre padres, escuelas y psicólogos infantiles sobre si los menores poseen la madurez suficiente para navegar por el mundo digital a tan temprana edad, de ahí que es importante que padres y madres platiquen con sus hijos sobre la importancia de las restricciones de edad y por qué existen, y que dicho diálogo permita a los menores expresar sus preocupaciones y preguntas.
Son tiempos distintos, avanzados para unos, de ahí que se tiene que estar muy “vivos” sobre este tema.
Buen fin de semana santo, la frase: “No te estreses por el futuro, ese, todavía no llega”. ¡Ánimo!
X:_hreyes