miércoles 2, octubre, 2024

DE RAÍCES Y HORIZONTES

De taxistas, orgullo y arraigo

Arcelia Ayup Silveti

En septiembre pasado viajé a Xalapa, Veracruz a una gira de promoción de mi libro El vuelo de Elisa, invitada por mi editor y amigo Quitzé Fernández. Conviví con él y con Dany Giacomán, quien presentaba su ópera prima El milagro y la sonrisa. Quitzé compartió su experiencia de Editorial y Fundación Amonite y a la vez, comentó su cuento Los niños de mezquite. Compartimos la mesa como expositores un par de veces en la Feria Internacional del Libro Universitario 2022 (FILU).

            Tomé un taxi para llegar al hotel que me asignaron los organizadores de la FILU, en el centro de la ciudad. El conductor me preguntó cuál ruta prefería tomar y le dije que la que decidiera estaría bien. No quise comentarle que hacía por lo menos diez años que no visitaba esa ciudad.

            Fueron días de lluvia y caminábamos algunas cuadras, de nuestro hotel a una de las sedes de la feria, la bella Casa del Lago de la Universidad Veracruzana. Cuando me desplacé a otros lugares me llamó mucho la atención un factor común entre los taxistas que me hicieron el favor de trasladarme: no conocían los destinos más famosos del lugar y no tenían datos para consultar aplicaciones de navegación, usamos mi teléfono para ese fin. 

            Me gusta platicar con los choferes, porque son un termómetro de cada ciudad. Los que me atendieron fueron muy amables y conversadores. Cuando les preguntaba de algún parque, sitio histórico o cultural me comentaban que no lo conocían y que no tenían referencias, pero que habían llevado a mucha gente. Les sorprendía lo poco que les comentaba del lugar y yo me asombraba más de su desconocimiento. Lo que sí sabían eran destinos muy específicos como la central de autobuses, la catedral y tiendas de autoservicio.

            Cuando estoy en otros estados, como Veracruz, me convenzo de que tenemos muchos Méxicos, mosaico de tradiciones, cultura, historia, gastronomía, artesanías, climas, paisajes y bellezas únicas. Los jarochos son bendecidos con una gran riqueza diferente a la nuestra. Somos espejo de nuestra genética y de nuestro entorno. A nosotros nos tocó vivir regidos por el clima del Desierto de Chihuahua, a ellos con días lluviosos y nublados; nuestra flora, fauna, usos y costumbres son distintos a los de ellos. Sin embargo, jarochos y laguneros, al igual que el resto de los mexicanos tenemos en común un gran orgullo y arraigo a nuestra tierra, a nuestra historia y tradiciones. ¿Cuántos Méxicos conoces?

giraluna3312@gmail.com

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