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Luego de las críticas que recibió la campaña “Yo decido” del Consejo Nacional de Población (Conapo), el pasado 30 de abril la dependencia decidió eliminar de internet los materiales en los que aparecía una joven indígena rechazando el uso de drogas para “evitar riesgos”.
En entrevista, la titular de la dependencia, Gabriela Rodríguez, defendió el cartel que fue calificado por activistas de ser revictimizante, al responsabilizar a las víctimas de lo que pueda ocurrirles. De acuerdo con la secretaria general de Conapo, la ilustración forma parte una campaña dirigida a menores de edad, y se enfoca en la prevención de embarazos adolescentes, por lo que fue sacada de contexto.
“Fue muy intensa la crítica negativa al cartel que forma parte de una campaña con otros más, todos enfocados a la prevención de embarazo adolescente. Pero en respuesta a esa avalancha desde el día 30 decidimos bajarlo, porque si se interpreta como que pone en riesgo a las mujeres o las revictimiza y culpabiliza de la violencia, se quitó y punto”, detalló.
“Fue un solo cartel el que se sacó de contexto, que nunca se maneja solito, así que no estamos culpando de la violencia ni de los feminicidios a las mujeres, pero igual se bajó porque nosotros escuchamos, para eso estamos, queremos cuidar a las chavas”, dijo.
Rodríguez afirmó que para el diseño de los materiales de “Yo decido”, que tuvo como costo de realización y difusión 7 millones de pesos, se trabajó con grupos focales de adolescentes de Chiapas, Guerrero y Oaxaca. Tras reconocer que el mensaje llegó de manera equivocada a la población, prometió que para la siguiente edición de la campaña —que forma parte de la Estrategia Nacional para la Prevención del Embarazo (ENPEA)— se prestará más atención.
“(Para que) no se interprete mal el llamado a que no se arriesguen, tenemos que decirle a las chavas que si toman alcohol se les va a olvidar exigirle al chavo que se ponga condón. Vamos a construir con las chavas un mejor mensaje, que si se suben las copas se va a olvidar exigir el condón”, prometió.
Sin embargo, dijo que desconoce cuándo podría realizarse la nueva campaña porque no les han autorizado los 7 millones de pesos etiquetados en el presupuesto federal para 2022 para difusión de la ENPEA.
Sobre “Yo decido”
La campaña “Yo decido mi futuro” tuvo una primera versión en 2020, cuando el mensaje de prevención del embarazo se dirigió a adolescentes de localidades urbanas del país. En ella, aparecen ilustraciones en las que hombres portan mensajes como “yo la respeto” o “yo me cuido”, y mujeres aparecen con las leyendas “mi cuerpo, mi decisión” y “no es no”.
La segunda versión, de 2021, llamada “Yo decido” estuvo dirigida a jóvenes menores de 18 años de comunidades rurales e indígenas, y de acuerdo con Gabriela Rodríguez, ambas “tienen perspectiva de género”.
En el caso de la campaña de 2021, explicó que contiene ilustraciones con mensajes en los que hombres y mujeres cuestionan estereotipos de género, habla de no binarismo y de la corresponsabilidad en el uso de métodos anticonceptivos para hombres y mujeres.
Además de los ocho carteles que conforman la campaña, cuatro versiones con mujeres y cuatro con hombres, “Yo decido” incluye un cuaderno de trabajo diseñado para que educadores de comunidades rurales lo revisen con los adolescentes. Este material no contiene la imagen que fue criticada en redes sociales, en su lugar, aparece un hombre joven que rechaza el uso de drogas con la leyenda “evito riesgos”.
Según la funcionaria, estos materiales fueron distribuidos en centros de salud y escuelas de nivel secundaria, donde “24% de los estudiantes consumen alcohol, de acuerdo con la Encuesta Nacional del Consumo de Drogas”, y de bachillerato, “donde el 51.2% de los jóvenes reconoce ingerir esta sustancia”.
“Estamos hablando a menores de 18 años y, como todos sabemos, en este país está prohibido que consuman drogas. Nos estamos dirigiendo a estos jóvenes, y si yo les dijera que moderen el consumo de alcohol, como algunas personas sugirieron, me podrían meter a la cárcel”, agregó.
Para la funcionaria, “la visión de esta campaña es lo más progresista que ha habido, aunque ha habido algunas muy buenas, pero no tenían enfoque de género, que es lo que más me cuestionan”.
“Si están pensando que estoy en contra de la perspectiva de género, no, olvídalo, al contrario, esa es nuestra bandera en Conapo”, afirmó.
Cuestionada sobre el impacto que ha tenido la campaña, Gabriela Rodríguez estimó que será hasta 2023 cuando cuenten con esos datos, “y habrá que ver el impacto que tuvo el COVID en el embarazo adolescente, porque se cerraron registros civiles y también pasó que la gente, por miedo, no llevó a muchos niños a registrar. Cada año nacen 2 millones de personas en este país, y en 2020 solo se registraron 750 mil. Ninguna población baja así, entonces no tenemos claro el dato”.
Las críticas a la campaña
En días pasados, Animal Político publicó que un cartel de la campaña de Conapo y la Secretaría de Gobernación (Segob) fue criticado por expertas en comunicación con perspectiva de género, quienes afirmaron que responsabiliza a las víctimas de lo que les ocurre y criminaliza el uso de sustancias.
Para las especialistas Adriana Segovia y Angélica Contreras, las imágenes que conforman la campaña eximen de responsabilidades a los agresores sobre la comisión de actos que vulneran la vida de las víctimas, y a las autoridades de su obligación de prevenir, atender y castigar los actos de violencia.
Segovia, docente del Instituto Latinoamericano de Estudios de la Familia, A.C., explicó que el mensaje tiene “un simplismo conservador de pensar que si no tomas no te pasa nada y evitas riesgos, Se pone toda la responsabilidad en la mujer, al menos en este caso, y no en los agresores o en la impunidad de las investigaciones, las verdaderas razones por las que estamos en riesgo”.
Por su parte, Angélica Contreras, comunicadora feminista y consejera de Cultivando Género, A.C., agregó que, además de dejar fuera del mensaje a los agresores, no brinda información a las personas usuarias de sustancias sobre el consumo responsable o qué hacer en caso de ser víctima de algún delito, independientemente de las circunstancias en que se cometió.
(Con información de Animal Político)