sábado 23, noviembre, 2024

CLASE MEDIA MANIPULADA

Luis Alberto Vázquez Álvarez

1908: en la famosa entrevista del periodista americano James Creelman, Porfirio Díaz, aseveró: “…México tiene hoy una clase media, pero no la tenía antes. La clase media es aquí, como en todas partes, el elemento activo de la sociedad… los ricos están demasiado preocupados por sus riquezas y dignidades y los pobres son a su vez tan ignorantes que no tienen poder alguno”.

336 a.C. Aristóteles argumentó que una política democrática solamente subsistiría si la sociedad posee una clase media grande y estable, minimizando los extremos de riqueza y pobreza. Max Weber (1864-1920) la definió considerando tres factores: Estatus económico, traducido como capacidad de disposición de capital. Estatus político, capacidad de influir en el gobierno y tercero, prestigio o capacidad de influir en las relaciones sociales.

“Clase Media” se denomina al estrato de la sociedad que posee capacidad adquisitiva intermedia de bienes y servicios y que le permite cubrir necesidades presentes y un mínimo para enfrentar al futuro. Originalmente se formó con la burguesía comercial y Mini propietarios agroganaderos; luego se sumaron quienes ejercían profesiones liberales. En los países más desarrollados creció rápidamente; pero en las economías pobres, siempre fue un estamento minúsculo, bajo una aristocracia miniatura y acompañando una inmensa mayoría pobre.

Los niveles de renta de las clases medias entre naciones son muy diferentes; lo vemos en casa-habitación; automóvil, vacaciones y particularmente en la alimentación, no es lo mismo en México que en EUA o Europa. Además, su porcentaje poblacional varia enormemente: la OCDE la considera en un promedio de 65%; México posee apenas un 45%, alcanzando disparidades inmensas según entidad federativa

La clase media mexicana ha sido la más sacrificada desde su aparición; ella ha llevado sobre sus hombres cada año las “Cuestas de enero” y las devaluaciones monetarias, siendo la única que ha tenido que “apretarse el cinturón” la clase pudiente han sorteado con mucho éxito y logrando beneficiarse de dichas crisis. Las clases humildes, ya acostumbradas a privaciones casi absolutas, no han sufrido tan gravemente la falta de alimentos, de cualquier manera, se han conformado por siglos con maíz y frijol, carencia de servicios públicos y hasta de salubridad en sus viviendas y comunidades, ¿Qué más da?

La característica principal de clase media es su “fuerza aspiracional” (sueña con poseer lo que tiene la clase “alta” y jamás regresar a su origen). La educación ha generado oportunidades para superarse e igualar personas; la inmensidad de los profesionales de hoy, surgidos de universidades públicas, provienen de la clase media que tristemente siempre termina enfrentándose a sí misma como competidora feroz por mejores puestos y calidad de vida familiar. Peor aún: muchos niegan pertenecer a ella y ya se sienten, fantasiosamente, de la clase alta, volteando a ver para abajo a sus vecinos y hasta familiares. Ello nos enfrenta a asegurar casi con certeza que no posee identidad de grupo social y es una advenediza de un mundo convulso entre escasez y riqueza.

Asimismo, ha sido manipulada ideológicamente por telenovelas y mentiras hasta en deportes, soñando con campeonatos y viajes fastuosos. Gracias al romanticismo mediático es cliente casi exclusivo de festejos como el día de la madre, padre, familia y hasta religiosos; es fácil objetivo de truhanes como el cartel inmobiliario capitalino que les hizo soñar con un departamento digno estafándolos. Posee fuerte sentimiento familiar producto del sacrificio de los padres que se atrevieron a quitarse el bocado de su boca para brindar a sus hijos oportunidades de educación para que “fuesen alguien en la vida”. Desafortunadamente ha primado el “tener” y no el “ser” que podría convertirse en la salvación social de nuestra nación. Ojalá pudiese transformarse en auténtico agente de cambio para beneficio de todos, no solamente para oligarcas que quieren utilizarla para asegurar su regreso elitista a sus intereses personales y partidistas, acosadores sofistas que se creen casta divina.

Hoy el conservadurismo oligárquico, al descubrir que no existe “conciencia social de clase” busca recrear la guerra fratricida de 1915-16 entre campesinos villistas y zapatistas contra obreros carrancistas, fantasea con enfrentar a la clase media con sus hermanos los pobres. Afortunadamente sus integrantes se nutren hoy en las redes sociales donde encuentran multitud de visiones éticas y políticas y disciernen socialmente.

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