Raúl Adalid Sainz
Siempre me intrigó conocer el espacio de Elizabeth y Richard en Vallarta. Quizá por un reportaje televisivo que vi hace muchos años. Un cuidador, ya viejo, guardián de la casa, decía que la pareja difícilmente salía de la casa. En ese momento la propiedad estaba abandonada, ellos ya separados.
Imaginé a la célebre pareja de actores, bebiendo whisky, peleando, amándose en la tórrida pasión. Estas alucinaciones eran producto de una película que les vi, donde estaban espléndidos ambos, «Quién Teme a Virginia Woolf». Película inspirada en la homónima obra de teatro de Edward Albee.
En esa cinta, Taylor y Burton llevaron a la pantalla prácticamente el reflejo de su relación. Peleas a muerte, ironías, reconciliaciones, amor en viva pasión. Un ciclo sin cerrarse.

Un viaje emocional y reflexivo provocó en mi esa película. El tintineo de los hielos del whisky de la Taylor, y aquella sentencia de Burton: «Flores para los muertos», aún resuenan en mí.
Hoy, estoy en Puerto Vallarta, y obligadamente tenía que visitar esa casa. Nido de ese carrusel emocional de la pareja. Burton se enamoró de Vallarta cuando en el año 1963 vino al puerto a filmar «La Noche de la Iguana», del talentoso director John Houston. Se compró una casa, y una que estaba enfrente de ésta se la regaló a Elizabeth. Las unió con un puente que mandó construir. Una réplica del Puente de los Suspiros de Venecia. Así evitarían a los buitres paparazzi.
Ayer viví mi noche de la iguana; y trato de liberar mi ser, mis emociones, rebelándome y escribiendo esta historia. La iguana, para Tennessee Williams, era el alma y la psique presa. Éstas tarde o temprano se destaparán violentas si las engrillas. Así como el conflicto que vivieron los personajes de esa obra corta magistral teatral de Tennessee Williams.
Elizabeth y Richard nunca reprimieron a su iguana, pero fueron presos de sus propias pasiones. Al final, fueron ambos el amor de sus vidas.
Yo solo fui a la calle Zaragoza de Vallarta a rendir pleitesía a dos grandes actores.
Nota: La foto de Taylor y Burton es en la terraza de su casa en Vallarta. La segunda imagen, es a la entrada de la Casa Kimberly, hogar de la pareja. Estatuas (Elizabeth y Richard) convertidas en sal para los que nos atrevemos a mirar hacia Sodoma y Gomorra.
Raúl Adalid Sainz, en algún lugar del puerto de Vallarta