Francisco Treviño Aguirre
Desafíos energéticos del nearshoring en México
El concepto de nearshoring ha ganado tracción significativa en los últimos
años, con un impacto notable en países como México. Nearshoring, la
práctica de trasladar operaciones empresariales a países cercanos al mercado
objetivo ha resultado ser una estrategia atractiva para muchas empresas
globales, particularmente aquellas en Norteamérica. México, debido a su
proximidad a Estados Unidos, su robusta infraestructura manufacturera, y
acuerdos comerciales favorables como el T-MEC, se ha convertido en un
destino principal para estas relocalizaciones. Sin embargo, este auge
presenta desafíos considerables, especialmente en términos de
infraestructura energética.
El nearshoring ha generado una afluencia significativa de inversión extranjera
directa (IED) en México. Se estima que en este año, el país recibirá
aproximadamente 40,000 millones de dólares en IED debido a esta
tendencia. Este fenómeno no solo está impulsando el crecimiento
económico, sino que también está creando empleos y fomentando el
desarrollo de nuevas tecnologías y capacidades industriales.
Las empresas que relocalizan sus operaciones en México buscan beneficiarse
de menores costos laborales, una cadena de suministro más eficiente y la
proximidad a uno de los mercados más grandes del mundo. Sin embargo,
para que estas empresas funcionen eficientemente, necesitan una
infraestructura sólida, especialmente en términos de energía. La demanda
energética ha crecido exponencialmente con la llegada de nuevas plantas y
fábricas, lo que ha puesto presión sobre la capacidad actual del sistema
eléctrico mexicano.
México enfrenta varios desafíos en términos de su infraestructura energética
actual. El sistema eléctrico del país, en muchas áreas, es obsoleto y no está
preparado para manejar el aumento en la demanda que trae consigo el
nearshoring. Además, las políticas energéticas y las inversiones han sido
inconsistentes, lo que ha llevado a un desarrollo desigual en diferentes
regiones del país.
El problema de la capacidad y la fiabilidad del suministro eléctrico no es
nuevo, pero ha cobrado mayor relevancia con el incremento de actividades
industriales. Las interrupciones en el suministro eléctrico pueden tener
efectos devastadores, desde la pérdida de productividad hasta daños en
equipos y maquinaria. Por lo tanto, garantizar un suministro energético
confiable y constante es crucial para atraer y retener inversiones.
Para enfrentar los desafíos energéticos derivados del nearshoring, es
necesario impulsar estrategias que favorezcan el impulso a la eficiencia
energética. Una de las más importantes es la modernización de la red
eléctrica, que incluye la actualización de equipos y la implementación de
tecnologías inteligentes para una gestión más eficiente del suministro y la
demanda energética. Además, México tiene un enorme potencial para la
generación de energía renovable, especialmente solar y eólica. Invertir en
estas fuentes diversificaría la matriz energética, reduciría la dependencia de
combustibles fósiles y mejoraría la sostenibilidad a largo plazo.
Fomentar la inversión privada es también esencial para fortalecer la
infraestructura energética, lo cual puede lograrse mediante políticas y
regulaciones que hagan atractiva esta inversión, como incentivos fiscales y
garantías regulatorias. Las asociaciones público-privadas (APP) son otra
herramienta valiosa, permitiendo combinar recursos y conocimientos del
sector privado con la planificación y supervisión del sector público para
proyectos de infraestructura a gran escala.
Hoy por hoy, México requiere de un planteamiento de proyectos de inversión
que permita a los sectores públicos y privados garantizar el abasto de energía
suficiente, asequible y limpia. A pesar de los desafíos, México dispone de
grandes ventajas para incrementar el uso de energías limpias debido a su
extensa biodiversidad. Las inversiones derivadas del nearshoring, que
probablemente se materializarán durante los próximos cinco años, generarán
un crecimiento en la demanda de energía, adicional al ya por sí retador nivel
de crecimiento del 2.5% anual estimado por el Programa de Desarrollo del
Sistema Eléctrico Nacional (Prodesen). Con una estrategia adecuada y un
enfoque en la modernización y diversificación de la matriz energética, México
puede no solo satisfacer esta demanda creciente, sino también fortalecer su
posición como un destino atractivo para la inversión extranjera.
X: @pacotrevinoag