domingo 24, noviembre, 2024

CAPITALES

Francisco Treviño Aguirre

De la automatización a la inteligencia: el impacto y los desafíos sociales de la inteligencia artificial

La inteligencia artificial (IA) puede ser tanto un disruptor como un facilitador del bienestar humano. ¿Cuáles serán sus efectos en los mercados laborales, el bienestar social y las cadenas de valor globales? Las políticas adecuadas serán cruciales para que sea económicamente beneficiosa.

Con el advenimiento de la IA, la humanidad se encuentra en una encrucijada crucial, donde los avances tecnológicos han dado lugar a una nueva entidad inteligente con capacidades analíticas sin igual. Comparado con el impacto transformador de la electricidad y los microchips en revoluciones industriales anteriores, el surgimiento de la IA marca un cambio desde el análisis de datos básicos hasta la utilización de algoritmos analíticos intrincados al final de la Cuarta Revolución Industrial.

En este sentido, los modelos de operación generativos pre operantes, representan la vanguardia de las herramientas de IA, permitiendo el análisis automático de datos y preguntas complejas a un ritmo sin precedentes. Esta nueva generación de IA es competente en procesar información en formatos escritos, hablados y visuales, incluida la identificación precisa de personas y objetos mediante el análisis de datos gráficos.

Sin embargo, la perspectiva filosófica sobre la IA está dividida. La perspectiva más extrema vislumbra la evolución de la IA, junto con el hardware de procesamiento cuántico, como la emergencia de una nueva entidad que potencialmente supera las capacidades humanas. En este escenario distópico, la dominación de esta entidad superhumana podría representar una amenaza para la humanidad, llevando a una posible extinción.

La introducción de nuevas tecnologías a menudo conduce a la ‘destrucción creativa’, un término acuñado por Joseph Schumpeter, donde los nuevos métodos de producción desplazan a los antiguos. Ejemplos históricos, como la introducción de la energía a vapor durante la Primera Revolución Industrial, ilustran la resistencia y los beneficios posteriores de los avances tecnológicos.

El aumento en la demanda agregada resultante de una productividad mejorada es un canal positivo a través del cual las nuevas tecnologías contribuyen al bienestar social. La adopción de robots industriales en el proceso de producción de una industria puede aumentar la participación de los ingresos laborales en sus ingresos totales. Sin embargo, desplegar robots en industrias internacionales puede impactar negativamente la participación de los ingresos laborales en este sector.

A pesar de estas fuerzas opuestas, los efectos agregados de los robots industriales en todas las industrias respaldan la llamada teoría de “so-so automation”. Esta teoría sugiere que la participación de los ingresos laborales en estas industrias experimenta una disminución notable, enfatizando la necesidad de políticas equilibradas para garantizar beneficios económicos.

Hoy por hoy y a medida que la IA evoluciona, lleva consigo el potencial de impactos tanto disruptivos como facilitadores en el bienestar humano. El diseño de las políticas públicas adecuadas para mantener el control democrático y equilibrar las fuerzas de la destrucción creativa y la automatización es crucial para garantizar los beneficios económicos de la IA sin comprometer el bienestar social. El viaje hacia la frontera de la IA requiere una navegación cuidadosa y una gobernanza reflexiva para aprovechar su potencial para el bien común.

X: @pacotrevinoag

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