El secreto para ser más rápido, saltar más alto, o ser más fuerte.
Francisco Treviño Aguirre
Durante los Juegos Olímpicos de México en 1968, el velocista estadounidense Jim Hines obtuvo la medalla de oro en la prueba insignia del atletismo, los 100 metros planos, marcando un hito al completar la distancia en un tiempo de 9.95 segundos. Hines se convirtió así en el primer atleta en la historia olímpica en registrar un tiempo por debajo de los 10 segundos en esta disciplina. Cuarenta y cuatro años después, en los Juegos Olímpicos de Londres 2012, Usain Bolt dejó al mundo asombrado al completar los 100 metros en tan solo 9.62 segundos, logrando una mejora de 32 décimas de segundo para ser el hombre más rápido del mundo, esa diferencia de tiempo marca la distancia entre obtener un lugar en el podio, o quedarse en las eliminatorias.
Pero ¿qué es lo que hace que los seres humanos, que nacen con las mismas características, condiciones, entrenan las mismas horas y se alimentan de forma idéntica, puedan recorrer esas distancias cada vez en menos tiempo? Una teoría indica que los corredores olímpicos son ahora más rápidos debido a una combinación de factores. Estos incluyen avances en la ciencia del deporte, técnicas de entrenamiento, equipos, nutrición y comprensión general de la fisiología humana. Los atletas de hoy en día se benefician de mejores instalaciones, mejor entrenamiento y acceso a análisis de rendimiento basados en datos, lo que les ayuda a alcanzar su máximo potencial. Además, las superficies modernas de las pistas y la tecnología del calzado para correr también han contribuido a tiempos más rápidos. En general, es una combinación de ciencia, tecnología y métodos de entrenamiento mejorados lo que ha llevado a un mayor rendimiento atlético a lo largo de los años.
Pero existe otra teoría, donde se señala que muchos atletas de élite utilizan rutinariamente técnicas de visualización como parte de su entrenamiento. Hay muchas historias de atletas que han utilizado estas técnicas para cultivar una ventaja competitiva. Sin embargo, como experiencia multisensorial, la técnica implica mucho más que solo visualización.
El término preferido en los deportes es «imagenar», donde se crean imágenes mentales que define el proceso de visualizar el rendimiento atlético de principio a fin, empleando todos los sentidos en lugar de solo enfocarse en visualizar un determinado objetivo o resultado. Los atletas utilizan estas técnicas para cultivar un estado elevado de conciencia mental, demostrando que aumenta la confianza y el bienestar general y, a su vez, mejora el rendimiento. Los atletas pueden utilizar esta técnica para «intencionar» un resultado de una carrera o sesión de entrenamiento, o simplemente para descansar en una sensación relajada de calma y bienestar.
Como señala un estudio sobre el tema, las imágenes mentales «desempeñan un papel central en la ejecución de los movimientos y en el funcionamiento humano». En el contexto de los deportes, las imágenes mentales se definen como la experiencia de un atleta que se imagina a sí mismo mientras realiza ciertas habilidades. Según los investigadores, las dos técnicas más comunes utilizadas para generar imágenes son la visual (lo que ve un deportista) y la kinestésica (la experiencia del cuerpo mientras se realiza un movimiento). Numerosos estudios también han demostrado que las imágenes mentales mejoran las habilidades motoras de un atleta durante la competencia, así como su capacidad para aprender nuevas habilidades durante el entrenamiento.
Usando la mente, un atleta puede evocar estas imágenes repetidamente, mejorando la habilidad a través de la repetición o el ensayo, similar a la práctica física, donde se ha demostrado que el cuerpo humano reacciona tal y como si hubiera llevado a cabo esta actividad físicamente. Con el ensayo mental, las mentes y los cuerpos se entrenan para realizar las habilidades y actuaciones imaginadas. Las investigaciones señalan que los atletas pueden mejorar las reacciones físicas y psicológicas en ciertas situaciones con la visualización. Estas imágenes repetidas pueden generar experiencia y confianza en la capacidad de un atleta para realizar ciertas habilidades bajo presión o en varios escenarios posibles.
Si bien, el poder de la intención, la visualización, o como se le quiera denominar no es un tema nuevo, existen una cantidad impresionante de estudios que soportan estas teorías, donde es posible cambiar el resultado de una actividad al crear imágenes repetitivas en la mente del ser humano, hasta lograr el objetivo deseado.
Hoy por hoy, las imágenes guiadas, la visualización, el ensayo mental u otras técnicas similares pueden maximizar la eficiencia y la eficacia del entrenamiento. En un mundo en el que el rendimiento y el éxito deportivo se miden en segundos, e incluso en centésimas de segundo, la mayoría de los atletas utilizarán todas las técnicas de entrenamiento posibles. La “imagenación”, según la investigación, podría ser una forma de obtener una ventaja competitiva.
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