martes 26, noviembre, 2024

CAPITALES

Transición energética en México ¿Qué papel juegan las electrolineras en el futuro de la movilidad?

Francisco Treviño Aguirre

Las preocupaciones globales sobre el cambio climático y la necesidad de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero han impulsado la adopción de vehículos eléctricos como una alternativa más amigable con el medio ambiente. Los vehículos eléctricos son más eficientes en términos de energía y no emiten gases de efecto invernadero, lo que los convierte en una alternativa ecológica a los vehículos de combustión interna. Sin embargo, la adopción de vehículos eléctricos aún enfrenta desafíos, uno de los cuales es la falta de infraestructura de carga adecuada. Para resolver este problema, la instalación de electrolineras es una medida clave para fomentar la adopción de vehículos eléctricos y reducir los contaminantes que emiten los vehículos impulsados por motores de combustión.

Según la Agencia Internacional de Energía (AIE), la adopción de vehículos eléctricos es una de las formas más efectivas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y lograr los objetivos de mitigación del cambio climático. En este sentido, la instalación de electrolineras en México es una medida importante para fomentar la adopción de vehículos eléctricos y reducir la huella de carbono del transporte.

En términos simples, una electrolinera es una estación de servicio que suministra electricidad para recargar vehículos eléctricos. Estas estaciones cuentan con estaciones de carga y una infraestructura adecuada para garantizar una carga rápida y segura de los vehículos eléctricos, por lo tanto, su operación dependerá del tipo de tecnología utilizada. Los tipos más comunes son la carga lenta, la carga rápida y la carga ultra-rápida. La carga lenta puede tardar varias horas para cargar completamente una batería de vehículo eléctrico, mientras que la carga rápida y ultra-rápida pueden cargar una batería en cuestión de minutos. Se estima que los cargadores rápidos que se utilizan actualmente, pueden cargar el 80 por ciento de un vehículo en 60 minutos, mientras que los cargadores ultra rápidos, pueden hacer lo mismo en tan solo 30 minutos. En promedio, se podría llevar a cabo un recorrido entre 240 a 260 kilómetros por cada carga.

La expectativa de uso de estas estaciones de carga es alta, ya que la demanda de vehículos eléctricos sigue aumentando a medida que la tecnología se vuelve más accesible y se implementan políticas gubernamentales de incentivos para la adquisición de estos vehículos. Además, a medida que la tecnología de las baterías mejora, se espera que la autonomía de los vehículos eléctricos aumente, lo que reducirá la necesidad de paradas frecuentes en las electrolineras.

Es importante señalar que la instalación de electrolineras en México también presenta algunos desafíos y obstáculos que deben ser abordados para garantizar su éxito y viabilidad a largo plazo. Uno de los principales desafíos es la inversión requerida para su instalación y operación. De acuerdo con Guillermo García Alcocer, ex Comisionado presidente de la Comisión Reguladora de Energía (CRE), se necesita instalar alrededor de 2,000 electrolineras al año para poder llegar a las 38,000 en el 2041, esto representa una inversión importante que podría dificultar alcanzar este objetivo.

Actualmente existen cargadores nivel 1, 2 y 3. Los dos primeros están diseñados para recargar el vehículo en forma doméstica ya que utilizan corriente en un flujo que el vehículo puede aceptar. Pero aquellos que existen en las carreteras o paradores, que son nivel 3, utilizan voltajes mucho más altos para poder cargar las baterías más rápido, en una hora o menos. Esto, claro, los hace mucho más caros.

Por una parte, el costo de un cargador de pared doméstico ronda entre los 1,000 y 1,500 dólares, mientras que la instalación completa de una estación de carga de nivel 3 puede llegar a costar hasta 1 millón de pesos.  En este sentido, lo costoso no es el cargador como tal, ya que uno nivel 3 cuesta entre 3,000 y 5,000 dólares. Lo costoso es la inversión en la infraestructura para transformar la corriente que llega de la toma de CFE a una de 440 voltios.

Hoy por hoy, la instalación de electrolineras en México es una medida importante para fomentar la adopción de vehículos eléctricos y reducir la huella de carbono en el transporte. Aunque presenta algunos desafíos y obstáculos, también ofrece nuevas oportunidades de negocio y empleo, lo cual podría impulsar el desarrollo tecnológico y la competitividad del país en el mercado global.

Twitter: @pacotrevinoa

Compartir en: