jueves 10, abril, 2025

¿BIELECTIVIDAD DEMOCRÁTICA?

Luis Alberto Vázquez

En la humana historia los modelos electorales han sido muy diversos, desde los teocráticos; los dinásticos hasta los actuales que designan por mayoría del pueblo a sus gobernantes.

Estudiando los sistemas políticos actuales, encontré que el escritor irlandés Peter Mair en su obra =Gobernando el vacío: la banalización de la democracia occidental= declara con terrible precisión que: «La era de la democracia de partidos ha pasado». Analiza que los partidos se han transformado y existe una marcada indiferencia ciudadana hacia el mundo político. Esto conlleva a sufrir consecuencias como pérdida de reputación, legitimidad y eficacia ante la democracia moderna. Cada vez más la participación electoral va declinando y la afiliación a partidos disminuye considerablemente, Si bien este duro análisis lo realizó para Europa; México no está lejos de él.

Recibí precioso obsequio navideño de un gran empresario lagunero quien me honró con el libro “Contra las elecciones. Cómo salvar la democracia”, del escritor belga David Van Reybrouck quien también analiza la realidad política europea, muy distinta a Latinoamérica, pero de la que mucho podemos aprender.

Estos dos escritores coinciden ampliamente: Van Reybrouck expresa igualmente que existe un «síndrome de la fatiga democrática» y una doble crisis de legitimidad y de eficiencia del sistema democrático, un fenómeno difícil de entender en Francia, cuna de la democracia moderna. Asimismo, insiste en que “La democracia representativa actual está en crisis y son muchos los indicadores que lo corroboran: una abstención cada vez más alta en los comicios, resultados electorales cada vez más volubles, pérdida de afiliados de los partidos y otras lacras que favorecen el déficit democrático…”

Inmediatamente después Van Reybrouck se pregunta si esa situación anima a pensar cambios sustanciales en la representación obtenida en elección mediante el voto o puede ser constituida por vías alternativas… Propuesta aventurada al mismo tiempo que atractiva, sobre todo cuando arguye mecanismos como el sorteo para seleccionar representantes gubernamentales, algo inédito en los sistemas tradicionales. Dicho más claramente: sugiere una visión reformadora en la que el sorteo puede ser utilizado como elemento complementario a la representación electoral dentro de los modelos actuales de democracia, Se escogen personas al azar para deliberar sobre asuntos públicos y trasladarlos luego a las instituciones, este sorteo podría ser útil para mejorar y profundizar la democracia.

Se generarían parlamentos ciudadanos en los que se escucharía la voz popular cómo enriquecimiento de formas de una democracia representativa aleatoria; así se podría contar con representantes que gozarían de total libertad, no dependerían de estructuras partidistas ni de grandes campañas de comunicación. Sería un modelo bi-representativo que se escoge tanto por medio de votación como por medio del sorteo”

Podrá llamarse “Gobierno bi-electivo” pero jamás democracia, al menos que, todos, absolutamente todos los posibles designados por vía sorteo hayan sido previamente electos por el pueblo, como sería recomendable con los consejeros del INE y otros organismos similares, siempre y cuando estos no fuesen nombrados por los partidos y los electores de ellos fuesen gente desapegada a intereses políticos y auténticos representantes del pensamiento ético-democrático, lo que no sucede en ninguno de estos casos. ¿Cómo podría subsistir la “Soberanía Popular” principio ideológico y filosófico tan valioso cuando el pueblo no tiene capacidad electiva?

Lo más importante en todo análisis político es considerar los cambios que viven los pueblos, no se puede seguir creyendo que los electores siguen aceptando lo que hace pocos años era tolerado; las redes sociales han transformado el sistema comunicativo tradicional y llegan nuevas formas de información; por lo tanto, la mentalidad democrática cambia de manera continua y los “gurús” mediáticos han perdido además de credibilidad, un alto porcentaje del auditorio; muchos medios de comunicación tradicionales están reduciendo personal y tiempos. En lugar de autocriticarse culpan a otro de su fracaso mediático. Lo peor es que creen que les creen.

Esta propuesta sería aceptada en México no por su valor político e histórico, sino por quien la proponga. Hoy vemos partidos políticos agresivos con las personas, impidiendo cualquier avance del contrario pero sin presentar alguna propuesta positiva que atraiga al votante, abandonados por sus bases están hasta en peligro de perder sus registros.

Esto me recuerda la obra de José Saramago “Ensayo sobre la lucidez” de la que pronto platicaremos.

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