jueves 19, septiembre, 2024

AVISO DE CURVA

Rubén Olvera

Quién es quién en el progreso social

A lo largo de la historia política de México, la ideología y el progreso han estado
entrelazados, aunque no siempre de manera armoniosa. Los líderes de las dos
principales corrientes políticas, izquierda y centro-derecha, aseguran que sus
respectivos modelos de desarrollo simbolizan el camino correcto hacia el progreso
y la justicia social.

Ambas ofrecen visiones de un futuro próspero, al tiempo que resaltan las
deficiencias de sus adversarios. Sin embargo, estas perspectivas suelen estar
alimentadas por la retórica y la política más que por la evidencia y el
razonamiento.

Si bien los dos paradigmas son legítimos, ya que ambos apuntan a mejorar la
calidad de vida de la población, no debemos confundirlos. Lo que realmente
importa son los resultados tangibles que cada movimiento político ha logrado
mientras estuvo en el poder.

A punto de concluir el primer gobierno de izquierda en México, luego de la
administración de centro-derecha de Enrique Peña Nieto (2012-2018), la tentación
de comparar los logros gubernamentales de ambos mandatos se vuelve
irresistible. Esto es especialmente cierto si se trata de indicadores clave del
progreso social.

El propósito es contrastar los resultados del gobierno de Morena bajo el liderazgo
de Andrés Manuel López Obrador, frente a los logros del PRI que, en aquel
momento, recibió la colaboración legislativa del PAN.

Morena enfatiza la intervención estatal y los programas sociales como
herramientas para abordar las desigualdades. El PRI se enfocó en ampliar las
oportunidades de progreso mediante la implementación de reformas para mejorar
la competitividad y fortalecer los mercados.

El Índice de Progreso Social (IPS), creado por Social Progress Imperative, es una
herramienta de comparación reconocida internacionalmente. Desde 2011, este
indicador evalúa diversos aspectos que van más allá del ámbito económico,
centrándose en factores sociales. Estos incluyen la satisfacción de las
necesidades básicas, las condiciones de bienestar y la creación de oportunidades
de progreso en 170 países.

Según datos proporcionados por la plataforma electrónica del organismo, el primer
componente, la capacidad para atender las necesidades básicas (nutrición,
vivienda, agua potable, saneamiento y seguridad ciudadana), cayó de 80.70 a 79.97 durante el mandato de Peña Nieto. El indicador se recuperó con López Obrador, alcanzando 81.18 en 2023.

En la administración del PRI, sobresale una mejora considerable en los aspectos
fundamentales del bienestar (educación básica, información y comunicaciones,
servicios médicos y calidad ambiental). El indicador pasó de 60.6 en 2012 a 66.37
en 2018. Sin embargo, disminuyó levemente durante la administración de Morena,
a 65.94 en 2023.

El elemento que refleja las oportunidades de progreso (educación superior,
inclusión, derechos personales y libertad de elegir) mostró una tendencia
ascendente en ambos períodos, pasando de 55.13 en 2012 a 56.86 en 2018,
llegando a 58.35 en 2023.

Al integrar estos tres componentes a la métrica global, el IPS aumentó 2.25 puntos
durante los años del PRI, de 65.48 en 2012 a 67.73 en 2018. Asimismo, bajo la
administración de Morena, el indicador creció 0.76 puntos, situándose en 68.49 en
2023.

En mi opinión, a pesar de sus limitaciones, este ejercicio ayuda a evaluar con
mayor precisión el impacto de las dos ideologías predominantes en México en el
bienestar de sus ciudadanos.

Sin embargo, sería imprudente sacar una conclusión definitiva sobre la eficacia del
modelo de desarrollo de izquierda o de centro-derecha para impulsar el progreso
social porque, como hemos visto, sus logros son similares.

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